Los tanatorios recuperaron ayer su actividad limitando a diez personas la capacidad de cada sala, o quince si es al aire libre, que deberán mantener además las distancias de seguridad. El regreso de los velatorios reconforta a las familias. "Hace un mes murió mi padre y solo pudimos estar dos personas; ahora estamos más arropados", confesaba ayer José Antonio González Blanco durante el velatorio de su madre en el tanatorio de Gijón-Cabueñes. "Optamos por no poner esquela y avisar a los más cercanos para no juntar a tanta gente", explicó, por su parte, Javier Arboleya durante el velatorio de su madre.