Una estampa que los propios periodistas que lo cuentan quieren creer que es poco habitual. Varios consumidores del Reino Unido se grabaron a si mismos llorando después de que el servicio de Uber para el reparto a domicilio de comida (el denominado Uber Eats) tuviera que suspender el reparto de menús del McDonalds por problemas técnicos el primer día que los conocidos restaurantes de esta cadena de comida rápida volvían a abrir sus puertas.

Los afectados por estas cancelaciones aseguran que la aplicación les daba problemas. Mientras que a algunos les decía que estaban demasiado lejos de la ubicación del restaurante que estaba abierto a otros les aseguraba que no había en ese momento ningún establecimiento disponible. Al parecer la gran cantidad de demanda que se generó pudo suponer también un colapso técnico que hizo que los pedidos se retrasaran. “Estoy literalmente llorando”, llegó a decir un usuario.

Las colas llegaron a tal punto que incluso varios usuarios de redes sociales registraron con su cámara fotos de largísimas colas de repartidores de este tipo de empresas a la puerta de los establecimientos de comida rápida. A lo largo de los últimos años numerosos repartidores de este tipo de empresas han denunciado a las empresas para que reconocieran su relación laboral, obteniendo en muchas ocasiones el favor de las empresas.