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La sidra se reinventa: vasos numerados, con colores y dudas sobre cómo será el escanciado

"Los culetes podrán con el coronavirus", recalcan los llagareros asturianos, que reflexionan sobre el futuro de la emblemática bebida de la región

Vasos de colores para evitar contagios DOP

La sidra se reinventa. Numéricamente e incluso con colores. El sector de la sidra tradicional asturiana prepara su propio desconfinamiento (a partir del lunes pueden abrir las terrazas de los establecimientos al 50%) tras más de 50 días bajo llave. Muchos llagares asturianos han seguido con cierta actividad, repartiendo sidra a domicilio, pero pasan los días y en breves ya será posible beber un culete en una terraza. Eso sí, con precauciones y en unas circunstancias que nada tendrán que ver con las anteriores. La sidra, como cualquier otro negocio, deberá cambiar algunos funcionamientos para adaptarse a la nueva normalidad.

Y en eso andan sidreros y llagareros de la región. Existen varias incógnitas. Una, elemental, ¿se verá afectado el escanciado? De momento, ya se conoce que habrá vasos de colores para evitar que se comparta el recipiente, y también numéricos. Solo son dos iniciativas de muchas más que están por llegar. “Los culetes podrán por el coronavirus”, coinciden tres llagareros consultados por LA NUEVA ESPAÑA. Los tres coinciden en que es positiva la medida de repartir, a partir del 25 de mayo, 40.000 vasos de seis colores diferentes en sidrerías y bares de la región, una iniciativa del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias.

José Luis Piñera (Gijón, 1976), de Sidra Piñera, celebra la idea de los vasos de colores. “Lo pensamos y creo que es una buena medida a la que se añadirán más que se nos ocurran. Está claro que la esencia de la sidra es beberla en grupo pero, aunque el vaso no se suele compartir como tal, quizá muchas veces se confundía y no estábamos pendientes. Ahora necesitamos facilitar las cosas, tener precauciones y darle al cliente tranquilidad”, explica. Piñera ha repartido sidra a domicilio durante el confinamiento. “Nos ha ido bien. Además, con poco tráfico se puede repartir bien”. Sobre el escanciado, parte fundamental de la tradición asturiana, Piñera recalca que podría mantenerse, siempre siguiendo las precauciones. “No podemos estar muy seguros de lo que vaya a pasar, a lo mejor surge la moda de usar envases más individuales. Pero la sidra la volveremos a tener, seguro”, finaliza.

Herminio Alonso (Colloto, 1950), del Llagar Herminio, ya tiene preparados para repartir a las sidrerías a las que surte 99 vasos numerados para evitar que se mezclen. “Todo lo que sea distinguir y tener un orden es positivo. Lo de los colores también es una buena idea, pero pueden reunirse 10 personas y no hay colores para todos. Nosotros, además de eso, pondremos un numerín a cada vaso para que la gente los memorice. Es una medida práctica”, indica. Alonso se muestra meridianamente optimista con el futuro de la sidra en la desescalada. “Tenemos los llagares casi llenos y estábamos a punto de embotellar la cosecha nueva, creemos que entre el 25 de mayo y principios de junio estemos bien. ¡A ver si la economía resiste un culete!”, bromea. Sobre el escanciado, Alonso tiene dudas. “Es nuestro emblema, pero puede suceder que mucha gente prefiera ahora uno manual para evitar que venga el camarero. Una sidra son seis culetes, por tantos son seis viajes del camarero. Nosotros, guardando las precauciones, seguiremos apoyando el escanciado porque no lo podemos perder. Cuando empecemos otra vez a consumir, tenemos que dar ejemplo a otras regiones: con fabes y sidrina no hace falta gasolina”, finaliza.

Víctor Ramos (Oviedo, 1962), de Sidra Fran, también apoya la iniciativa de los colores. “Hay muchas opciones y todo lo que sea distinguir está bien. Pero bueno, todavía dependemos de que se pueda escanciar y lo que diga sanidad”, recalca. “Tenemos la sidrería cerrada y el llagar abierto, en tareas de mantenimiento y bajo mínimos. Esperemos que la sidra se recupere”, acaba Ramos.

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