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Las próximas cañas que se podrán tomar

Los pescadores deportivos esperan ansiosos el retorno a la actividad: "Es un sinsentido que no nos dejen salir a la mar"

Juan Maquinay echa la caña desde su ático en Gijón, a la espera de hacerse a la mar. JULIÁN RUS

Llevan dos meses en el dique seco y pese a que el Gobierno ha anunciado la vuelta de la pesca, quienes la practican en sus diferentes modalidades deportivas no lo tienen del todo claro. "A ver qué sale en el BOE, porque no nos fiamos mucho", aseveran los habituales de las lanchas y pedreros.

Uno de los que desconfía es el avilesino Rufo Álvarez, "indignado" porque hasta ahora "hemos estado muy discriminados". No en vano, "la nuestra es una actividad al aire libre, no molestamos a nadie ni hay aglomeraciones, y nosotros no podemos salir a la mar con la lancha pero sí podemos ir a la terraza a tomar algo con otras nueve personas. No tiene sentido", lamenta. A ello se suma que "estamos pagando el pantalán, el amarre, la licencia, los seguros? un montón de dinero para nada" en plena temporada, porque "mayo es el primer mes bueno para pescar y aún no hemos podido hacerlo". Rufo es además cazador, y "dime tú qué peligro de contagio hay en salir al rececho de corzo con un guarda".

De la misma opinión es el gijonés Juan Maquinay, que además de tener una lancha, también practica la pesca submarina y con caña en el pedreru. "No se entiende que se pueda hacer surf pero no pesca submarina; por no hablar de estar en el pedreru, que en condiciones normales los pescadores no se acercan entre sí a menos de cien metros para no molestarse". Al menos desde el pasado lunes han podido acceder a sus lanchas en el puerto deportivo para hacer labores de mantenimiento, pero "lo que no se sostiene es que puedas salir con ellas de paseo, como actividad de navegación turística, pero no para pescar. Lo que puede pescar una lancha individual no puede suponer mucho perjuicio a los peces en estado de alarma", reflexiona con ironía.

En la agrupación Barlovento de Gijón la sensación es también de incredulidad por las medidas tomadas hasta ahora. "Dejar navegar pero no pescar hasta ahora no se comprende", resume su secretario, José Acedo. En su colectivo cuentan con casi un centenar de socios, y están en contacto con los dieciséis clubes de pesca de toda Asturias para poner algo de cordura en una situación que consideran injusta, y que mañana lunes esperan tener ya encauzada. "Somos un sector que mueve mucha economía: aparejos de pesca, combustible para las lanchas, aceites? no se nos puede dejar olvidados", recalca, cuando "los gastos de mantenimiento para los pescadores son muchos". Además, "entendemos que haya que mantener ciertas normas, y si hay que salir una persona sola por lancha se hará sin problema", recalca Acedo.

Sin embargo, este pescador reconoce que algo bueno sí ha tenido el desatino normativo: "Todos los clubes nos hemos puesto de acuerdo para hablar entre nosotros y pedir soluciones conjuntas". De hecho, esta semana se pusieron en contacto con la Delegación de Gobierno para tratar de aclarar unas restricciones impuestas en principio durante toda la fase 1, pero que podrán solucionarse, tal y como ha anunciado el Ejecutivo, en cuestión de horas.

La preocupación por el futuro de la pesca deportiva se extiende por todos los concejos costeros asturianos, de Oeste a Este. Carlos García preside el Club Náutico de Lastres y considera que "no hay un solo motivo por el que se permitan todas las prácticas deportivas que se han dado de paso y nosotros nos tengamos que quedar amarrados en el puerto". La pesca deportiva "se suele practicar en solitario o en grupos muy reducidos, no hay un solo motivo que justifique la prohibición. Estamos dispuestos, como no puede ser de otro modo, a asumir cuantas restricciones sean necesarias, distancias, número de personas por embarcación, lugares acotados, lo que sea, pero al menos que nos den la opción de pescar porque no hacemos daño a nadie desde un pedrero o desde mitad de la mar", relata a la espera de las nuevas normas que se publiquen en el BOE.

Desconexión

Y, además, se reactivará la economía local. "Empezar una temporada de pesca deportiva supone una inversión generosa de dinero en materiales, en gasoil, en mantenimientos... son varios cientos de euros que siempre van a parar a tiendas pequeñas de la zona", recuerda David Novo, un pescador que mantiene su lancha amarrada en el puerto deportivo de Llanes. Pero, además, no se trata solo de pescar. "Como cualquier otro deporte es una manera de desconectar, de despejar la mente, de tener esa libertad que han dado a aquellos que necesitan salir a correr o andar en bicicleta", abunda.

En Villaviciosa la historia se repite. César Fernández preside el Club Náutico de El Puntal y censura que "existen prácticas deportivas que pueden propagar más el contagio que la nuestra y, sin embargo, están permitidas. Es un sinsentido no poder salir, al menos cada uno en una lancha", reivindica. Los criterios de permisividad "están descompensados" y han dejado las 150 lanchas de recreo de El Puntal amarradas "porque alguien considera que no somos dignos de poder hacer deporte, un deporte que se rige por unas normas, por el que pagamos unos cupos y unos permisos y que está perfectamente regulado", recuerda. Lo cierto, resumen, "es que estamos indignados".

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