La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crisis del coronavirus

La mascarilla, obligatoria y en el punto de mira

La prenda de protección debe llevarse desde mañana en la calle y en espacios cerrados si no hay dos metros de distancia l La medida, un gasto extra para las familias l Crecen los casos de ansiedad por miedo a retomar el contacto social

Tres mujeres con mascarillas en Avilés. MARA VILLAMUZA

El uso de la mascarilla ya será obligatorio. El Ministerio de Sanidad anunciaba ayer la publicación de la regulación de su utilización en el BOE, algo que ha ocurrido hoy mismo. Los detalles definitivos que plasma la norma jurídica siguen la línea de lo que adelantaba el ministro Salvador Illa, quien aseguró que la mascarilla deberá llevarse tanto en espacios públicos abiertos (la calle) como en recintos cerrados siempre que no puedan garantizarse los dos metros de distancia. Hasta ahora ya era obligatorio su empleo en los transportes públicos. El responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, explicó que no es necesario llevar la mascarilla todo el día puesta, sino cuando se compruebe que no se pueden guardar las distancias recomendadas. Habrá excepciones por edades o para personas con patologías pulmonares o tendencia a la ansiedad. De lo que no hay duda es de que la medida elevará el gasto ciudadano: más de 100 euros al mes para una familia de cuatro miembros que renueve diariamente sus mascarillas quirúrgicas.

Según la norma publicada en el BOE hoy la medida se adoptará con plenos efectos "desde el día siguiente al de su publicación (o sea, desde mañana jueves) y mantendrá su eficacia durante toda la vigencia del estado de alarma y sus posibles prórrogas".

En plena desescalada, los psicólogos advierten además de un aumento de cuadros clínicos de ansiedad. Especialmente por el miedo que están sufriendo algunas personas a retomar el contacto social. "Hay gente que está obsesionada con el tema de la mascarilla y la distancia y se pone muy nerviosa en cuanto le rozan", afirman los expertos, que destacan que la clave está en no salir solo a la calle, ir retomando la normalidad poco a poco y aprender a realizar respiraciones relajantes. Si estas sensaciones "son tan intensas que generan un problema en la vida emocional o laboral de quien las sufre", aconsejan ponerse en manos de un especialista.

Los detonantes de este aumento en los casos de ansiedad han sido el bombardeo de información, el confinamiento y la incertidumbre social y económica que ha generado la pandemia, sumados al desconocimiento de estrategias de relajación y la predisposición innata de algunas personas a padecer este tipo de trastornos, explica la psicóloga Marisol Delgado.

El mismo diagnóstico hace la también psicóloga Isabel Menéndez Benavente, que ve un aumento de estos casos en los últimos días. "Hay gente que ahora no solo tiene miedo a salir a la calle, sino que también teme cruzarse con gente que no lleva mascarilla o que le rocen en un establecimiento", relata la experta.

Superar este tipo de miedos puede ser fácil si se sabe cómo. Delgado habla del uso de estrategias de control de la sensación, los pensamientos y la actuación, como técnicas de relajación, especialmente aquellas relacionadas con la respiración y la visualización de imágenes agradables.

Sobre cómo manejar los pensamientos negativos -por ejemplo, hacernos preguntas como "¿y si me contagian porque no llevan mascarilla?" o "¿y si cojo el virus por ir al supermercado?"-, Delgado aboga por dar la vuelta al enunciado: "Plantearse '¿qué puedo hacer para evitar coger el coronavirus?' es algo que nos hará ganar en seguridad y alejar la sensación de negatividad", asegura. Pequeños cambios de hábitos también pueden ayudar a sobrellevar estas situaciones. "La gente se disgusta intentando cambiar a los demás. Hay que comprender que el resto va a actuar según su voluntad, por lo que lo único que podemos hacer es pensar en qué puedo hacer yo mismo que me venga bien", argumenta.

A estas claves, Menéndez Benavente suma otros consejos para aquellos que lo pasan peor para salir de casa, como ir a la calle acompañados de una persona de confianza y evitar las zonas y horas de mayores aglomeraciones. "Los hipocondriacos son los que peor lo pasan en este tipo de situaciones, aunque también hay otros, como los niños, a los que puede afectar", radiografía la experta, que asegura que los más pequeños tienen muchas papeletas para sufrir estrés postraumático tras el confinamiento. "Muchos han estado alejados de su entorno, de parte de su familia... y eso, por supuesto, puede afectarles", agrega.

Delgado cree que la ciudadanía deberá hacer "un curso acelerado de tolerancia a la incertidumbre". "La gente tiene que aprender a adaptarse a esta nueva realidad. Esto no es sinónimo de resignarse, sino de asumir que hay que enfrentarse a esta situación y que no todo va a ser un camino de rosas", asegura.

Menéndez Benavente suscribe estas palabras al tiempo que advierte de un repunte en los casos de ansiedad: "Me consta que estas últimas semanas se están recetando más ansiolíticos de lo habitual y estoy segura de que los psicólogos vamos a tener mucho trabajo a partir de ahora".

Compartir el artículo

stats