No fueron los padres, como llegó a sospechar la Policía portuguesa, abismando aún más su desesperación. Trece años después de la desaparición de la niña Madeleine McCann en el Algarve, el caso ha dado un giro insospechado. La Fiscalía de Brunswick, en el norte de Alemania, está convencida de que la niña está muerta y sospecha que el autor del asesinato es un tal Christian B., un pedófilo de 43 años que está preso en una cárcel germana, cumpliendo condena y con un amplio historia de antecedentes por violencia sexual.

La Fiscalía, en una breve comparecencia ante los medios, sin preguntas, corroboró las sospechas difundidas anteayer, miércoles, por la Oficina Federal de la Policía Criminal (BKA) a través de un comunicado. "Creemos que está muerta", indicó Hans Christian Wolters, portavoz del departamento.

Christian B. -identificado por el diario "Bild"- vivió en el Algarve portugués entre 1995 y 2007 y se encontraba el día en que desapareció la pequeña cerca de la casa de vacaciones de Praia da Luz donde estaban los McCann. Ahora cumple condena en la ciudad de Kiel.

Según "Der Spiegel", tiene un amplio historial delictivo, con unos 17 casos, desde agresiones a robos o asuntos de drogas. Su primera condena por un delito sexual fue en 1994, en Baviera, cuando tenía 17 años, por abusar de un niño. El último caso relacionado con menores fue un proceso por tenencia de pornografía infantil, en 2016. Ahora cumple condena por violar a una estadounidense de 72 años a la que ató, pegó, agredió sexualmente y finalmente robó, unos hechos ocurridos en Portugal en 2007.

No fue detenido y procesado hasta diez años después, a raíz de las pruebas de ADN realizadas en un cabello que se encontró en el lugar de los hechos. La desaparición de Madeleine fue en esa misma época. Las sospechas sobre Christian B. se difundieron en primer lugar en el Reino Unido, a través de Scotland Yard. La Fiscalía de Brunswick, que pidió la colaboración ciudadana, indicó que se está investigando el asunto "en estrecha colaboración" con la Policía Metropolitana británica y la Policía Judicial portuguesa.

Tal como informó ya anteayer el BKA, el sospechoso vivía en Portugal de trabajos ocasionales en la hostelería, y se le atribuyen también delitos contra la propiedad, robos en hoteles o establecimientos vacacionales, así como tráfico de drogas. Las tres policías buscan ahora testigos para tratar de aclarar dónde estuvo el día de la desaparición de la pequeña, el 3 de mayo de 2007, entre las nueve y diez y las diez de la noche.

Se han difundido asimismo fotos de dos vehículos, un Jaguar XJR 6 de color oscuro y una furgoneta Volkswagen T3 Westfalia de color claro. Con esta última pudo secuestrar a la niña, según "Bild". Se tienen indicios, además, de que ese día realizó una llamada con un móvil portugués a una persona desconocida. En mayo de 2019, medios locales portugueses informaron de que un ciudadano alemán, condenado por el asesinato de tres niños y descartado como sospechoso por Scotland Yard en 2011, estaba siendo investigado.

Maddie desapareció de un complejo turístico de Praia da Luz mientras sus padres cenaban con unos amigos en un restaurante cercano. El caso conmocionó a Europa, mientras los padres -investigados durante un tiempo como presuntos culpables- iniciaron una búsqueda incansable de su hija, convencidos de que podía seguir viva. Últimamente llegaron a difundir imágenes de su hija con el aspecto de una chica de 17 años.

La investigación en torno a Maddie ha desembocado hasta ahora en más de 2.000 diligencias policiales, 500 búsquedas en la zona y 12.000 páginas de proceso que sin embargo no han conseguido por el momento arrojar luz sobre el destino de la niña.

El "caso Madeleine" reunía todas las características para ser objeto de teorías y conjeturas: enfrentamientos entre la Policía británica y portuguesa, contradicciones sobre la versión de los padres y su entorno, multitud de sospechosos y pruebas poco concluyentes. La investigación portuguesa, liderada en sus inicios por Gonçalo Amaral, puso en el punto de mira a los padres, Kate y Gerry McCann, que llegaron a ser formalmente investigados. Amaral, que acabó siendo despedido, encontró vacilaciones en el testimonio de los progenitores, que siempre defendieron que la niña, entonces de 3 años, desapareció cuando dormía junto a sus hermanos (los gemelos Amelie y Sean, de 2 años), en el apartamento de Praia da Luz, mientras ellos cenaban en un restaurante cercano con una pareja de amigos.

Los McCann afirmaron que dan la "bienvenida" a la nueva línea de investigación y destacaron que su deseo es "encontrarla, destapar la verdad y llevar a los responsables ante la justicia". "Nunca perderemos la esperanza de encontrar a Madeleine viva, pero cualquiera que sea el resultado, necesitamos saber, tanto como necesitamos encontrar paz", dijeron en un comunicado anteayer, miércoles.