Uno de los grandes problemas de la ropa blanca es que resiste mal el paso del tiempo. Esa camisas, de un blanco que dañaba los ojos cuando las compraste, empieza a quedarse amarillenta después de unos cuantos lavados. Ya no es la misma y en muchos casos la descartas cuando tienes una cita importante. Lo mismo sucede con el resto de prendas de este color: ya sean vestidos, camisas, pantalones o faldas.

Pero esa ropa no habría de ser descartada si se supiera qué hacer con ella. La clave está en conocer los productos adecuados. En este caso, la salvación está en algo tan habitual como el agua oxigenada. Este producto habitualmente utilizado para desinfectar heridas puede servir también para dejar la ropa blanca que empieza a envejecer casi como al principio.

Para ello solo tienes que colocar las prendas en un recipiente que contenga agua oxigenada (aproximadamente tres cucharadas por cada litro de agua), añadir unas gotas de amoniaco, esperar un par de horas y aclarar con agua tibia.

Este no es el único uso del agua oxigenada que no se corresponde con el pensado en un principio para este producto que se suele comprar en farmacias. El agua oxigenada es un buen desinfectante y puedes utilizarlo para ropa que precise desinfección o aquella en contacto con secreciones corporales y sangre, que pueden ser totalmente desinfectadas si se remojan en una solución conteniendo agua oxigenada antes del lavado normal.

También para blanquear muebles de casa cuando el tiempo los vaya desgastando. También para desinfectar las superficies de baños y cocinas. Tan solo tienes que echar una poco de agua oxigenada en un aspersor que contenga litro y medio de agua y esparcir con una toallita en las áreas para desinfectar. Te sorprenderás del grado de limpieza que consigues.

Es un producto muy adecuado también para tratar el marfil. Aplica una pasta formada con albayalde, un producto que también se conoce como blanco de España, y unas gotas de agua oxigenada sobre tu objeto de marfil y deja secar al sol. Una vez seco, límpialo con un trapo húmedo y frótalo con un paño suave. El amarillo habrá desaparecido y tu objeto de marfil recuperará su blancura original. Límpialo periódicamente con zumo de limón o con bicarbonato diluido en agua.

Otra buena mezcla que contiene agua oxigenada te puede servir para limpiar las manchas de tinta de la ropa. En este caso, se trata de bicarbonato lo que has de mezclar con el agua oxigenada.