Posada de Llanes, en Asturias, y Pontecurone, en el Piamonte italiano, han sellado un pacto de amistad, que el covid-19 ha impedido formalizar presencialmente. Los vecinos de ambas localidades mantienen un hermanamiento cívico, con el vínculo común de San Luis Orione, natural de Pontecurone y fundador de la orden de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, que tiene en Posada un centro de apoyo a personas con discapacidad con un profundo arraigo en el pueblo. Los viajes que asturianos y piamonteses -estos últimos a traves de la asociación cultural "El país de don Orione"- habían programado para conocerse y confraternizar el pasado mes de mayo fueron suspendidos por la emergencia sanitaria, pero los vecinos, de uno y otro lado, suplieron telemáticamente la distancia, intercambiando decenas de vídeos con buenos deseos e imágenes de sus respectivos pueblos.

María José Gutiérrez, una de las implicadas en la iniciativa, explica su origen. "Una persona del pueblo estaba recogiendo información para escribir un libro sobre la vida del padre Martín Remís, un sacerdote de un pueblo de Posada, que estudió con los jesuitas y se ordenó con los agustinos recoletos en Argentina, donde conoce a Don Orione", relata. Remís, sigue contando la vecina, involucró a todo el pueblo y recaudó dinero, a menudo entre los indianos, para sacar adelante el colegio Don Orione, que fue concebido inicialmente para dar estudios a los niños de familias humildes. Con el tiempo acabó siendo un centro que atiende las necesidades de personas con discapacidad. "El colegio Don Orione es una obra de nuestros padres, abuelos y bisabuelos, todas las personas de la parroquia trabajaron en su construcción", explica María José Gutiérrez, para hacer ver lo imbricado que está en Posada.

Siguiendo el rastro de Martín Remís, su biógrafo llegó hasta la localidad natal de Don Orione, Pontecurone, y reparó en las muchas similitudes entre ambas localidades. Así surgió el pacto de amistad entre las dos.

María Jesús Villaverde, una de las vecinas de Posada implicada en esta iniciativa, cuenta cómo el Don Orione es "un proyecto muy integrado en el pueblo, en el que que trabaja mucha gente". Los usuarios del centro son unos vecinos más, refiere. Ella confía en que el viaje aplazado a Pontecurone, para estrechar lazos en torno a la figura y la obra de Don Orione, pueda llevarse a cabo en breve.