A nadie le gusta esperar en una cola y casi menos que nunca cuando estás esperando por la comida o la cena. Es el peor momento para ser impaciente. Algo así debió de pensar un hombre que hace varios días se puso especialmente nervioso en la cola de un restaurante McDonalds de Australia. Fue justo unos días después de que estos locales de comida rápida pudieran abrir sus puertas después del confinamiento al que fue sometida toda la población.

La propia víctima de lo sucedido contó lo que le había pasado en redes sociales. Al parecer esta mujer estaba pidiendo tranquilamente en el servicio para recoger en el coche cuando empezó a darse cuenta de que alguien detrás de ella tocaba constantemente la bocina para que se apurara.

Pero lo que hizo dejó a todos sorprendidos. La aludida llegó a la última ventanilla, en donde se pagan los pedidos, y decidió pagar el suyo y el del conductor que venía detrás. Luego esperó a ver su reacción. “Estaba muy avergonzado de que yo hubiera respondido a su bordería con amabilidad”, afirmó.