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Manzano juega con el paisaje

El artista quirosano homenajea en su última exposición, abierta hasta el 28 de julio en Oviedo, al pintor flamenco Joachim Patinir

Manzano juega con el paisaje

En "Evoluciones y recovecos", Adolfo Manzano (Bárzana de Quirós, 1958) explora el paisaje e invita a reflexionar sobre su naturaleza pictórica, que para él reside "no en el territorio, sino en la mirada de quien lo contempla". Ese es su origen, sostiene el artista, porque no se trata del paraje en sí mismo, sino que es la mirada que el observador lanza sobre él el que lo conforma. "El paisaje es en realidad una totalidad inabarcable y solo cuando te fijas en una de sus partes reparas y creas un paisaje", explica. Adolfo Manzano leyó e investigó sobre ese asunto y el fruto de ese trabajo previo es la exposición antes citada, que hasta el 28 de julio puede visitarse en la galería Guillermina Caicoya, en Oviedo.

"La exposición trata sobre ese único tema y está dividida en dos partes, una más pictórica, con 88 cuadros, todos paisajes salvo dos de ellos, y una instalación de madera", explica el propio artista.

En el transcurso de sus indagaciones, Adolfo Manzano descubrió al pintor flamenco Joachim Patinir y comprobó que el paisaje, como objeto pictórico, empezó a coger vuelo allá por el siglo XVI.

Manzano alude a una de las obras de Patinir -un retrato de San Jerónimo que no es más que un pretexto para retratar el fondo- como una de las precursoras del paisajismo.

En "Evoluciones y recovecos", Adolfo Manzano muestra sus cuadros dándoles un tratamiento semejante al de un relieve. En ellos representa paisajes reales, imaginarios y recordados. Entre ellos se le han colado una calavera y un león herido, dos elementos vinculados a San Jerónimo y con los que hace un guiño a la obra de Patinir.

En lo que concierne al estilo y la técnica, Adolfo Manzano ha recurrido en esta ocasión al expresionismo, el impresionismo y el arte abstracto. Lo que le interesa es el juego con el espectador y el impacto que lo que muestra puede llegar a tener en él: "El que lo contempla no está siempre en la misma situación ni en el mismo estado de ánimo".

La exposición de Manzano tiene un segundo capítulo, con la instalación de madera que ocupa la totalidad de otra sala de la galería ovetense donde está emplazada. "Para contemplar esa pieza hay que atravesar la habitación e ir al fondo; es una instalación grande, que la ocupa por completo y que dialoga con una lampara cuadrada, llevando la mirada hacia la luz como en un símbolo de lo espiritual", explica el artista. En este caso, "el espectador es la figura que le falta a ese paisaje", según él mismo indica.

"Evoluciones y recovecos" debería haberse inaugurado el pasado mes de marzo, pero la exposición es uno de los muchos eventos culturales que han resultado damnificados por el coronavirus. Finalmente, la apertura se retrasó pero seguirá abierta hasta el 28 de julio. Algunos días el artista está disponible para acompañar y guiar por ella a los espectadores, concertando cita previamente.

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