“Qué manera de hacer el ridículo”. Los enfrentamientos entre clientes y hosteleros son cada vez más frecuentes en la red. Especialmente en espacios como TripAdvisor. Es, precisamente en esta web, en la que ha tenido lugar un curioso encontronazo entre un usuario y un empresario por una tortilla, una cuenta supuestamente muy alta y un servicio deficitario. “Diga la verdad, sabemos que en realidad hasta le gustó la tortilla”, le espeta el hostelero.

La queja fue la siguiente. “En primer lugar, nos sentamos en una mesa de la terraza y el camarero nos pidió que nos cambiáramos a otra porque les quedaba más cerca de la puerta y les resultaba más fácil para servir. Nos tuvieron esperando un buen rato con una carta (con muy poca variedad y precios caros), y cuando ya habíamos decidido nos trajeron una segunda carta un poco más completa (tampoco ninguna maravilla, pero algo más tenía para elegir). Nos recomendaron que cogiéramos de las cosas más caras de la carta (un pescado a 26 euros), pero no nos convencieron y acabamos con un menú más tradicional: pan con tomate y tortilla”, explica.

La crítica prosigue: “Tardaron un montón en servir, ya que tenían un gran descontrol (...). La comida en sí no estaba mal, sobre todo la tortilla. Después pedimos helado de postre, y un camarero nos dijo que había helado casero de turrón. Fue el único helado que nos ofreció, así que aceptamos. Después de un buen rato esperando, nos trajeron el helado (que casero no parecía, y además hacía falta una motosierra para cortarlo de lo supercongelado que estaba...).

La cosa no acaba ahí: “La cuenta fue otra historia más. Como habíamos pedido pan con tomate de entrante, no comimos pan, pero en la cuenta nos lo pretendían cobrar igualmente, así que les dijimos que nos cambiaran la cuenta. Al rato vuelven con la cuenta otra vez, y de nuevo con el coste del pan... A la tercera la cuenta vino bien, pero los precios son muy caros. Me dolió sobre todo el helado ‘casero’ que me coló el camarero, por 5,50 euros, y que encima no estaba bueno”.

La queja no gustó a la gerencia del establecimiento, que no dudó en contestar: El camarero le pidió que se sentara en otra mesa porque reservamos las dos filas primeras de la terraza para cenas. Efectivamente queda más cerca, podemos servir mejor, el cliente está menos molesto porque todos los de esa zona están cenando y, además, porque estamos en nuestra casa y en nuestra casa organizamos nuestras cosas como mejor nos parece. ¿Le molesta eso?”.

El empresario también afirma que en su establecimiento tienen una amplia variedad de productos, en torno a una treintena de platos, por lo que critica la elección del comensal insatisfecho: “Y va usted y pide una tortilla. ¡Hay que jod..se! Y se queja de que no tenemos variedad. Qué forma de hacer el ridículo. Diga simplemente que no le gustó la tortilla hombre Aunque no lo diga (por supuesto que lo bueno para qué va a decirlo, no quedaría bien en su comentario) sabemos que le gustó. Que tenga un buen verano”, concluye.