Benedicto XVI está gravemente enfermo, según publicó ayer el medio alemán Neue Presse citando declaraciones de Peter Seewald, uno de sus biógrafos. Una afirmación que de momento no fue ni desmentida ni confirmada por El Vaticano. La indiscreción llega después de que Joseph Ratzinger, el Papa emérito alemán de 93 años, realizara un viaje de cinco días en junio a Alemania para despedirse de su hermano Georg, que murió al poco de la visita. De hecho, según lo publicado por Neue Presse, fue justamente después de este traslado cuando el expapa contrajo una enfermedad infecciosa en el rostro, llamada erispela facial.

Se trata de una enfermedad infecciosa que se caracteriza por hinchazón y placas rojizas, lo que le causaría a Benedicto XVI un fuerte picazón y dolores muy intensos. Es "extremadamente frágil", declaró Seewald. Además, su voz, en estos momentos, es "apenas audible", continua la explicación que le izo Seewald al medio alemán. Según indican, el biógrafo del Papa emérito obtuvo estas informaciones tras un encuentro con Benedicto XVI que se llevó a cabo el pasado sábado, en el que también participó el secretario particular del antiguo obispo de Roma, Georg Gaenswein.

Pese a la enfermedad, según las declaraciones recogidas por la AFP, Benedicto XVI, se muestra "optimista" y dice que si su estado de salud se lo permite, "es posible que retome la pluma". El periodista Seewald también afirmó que el Papa emérito ya tiene escrito su testamento y quiere que lo sepulten en la cripta de Juan Pablo II, en la basílica de San Pedro del Vaticano.

Desde que se convirtió en el primer Papa de la era moderna en renunciar a su cargo en el año 2013, ha habido múltiples rumores sobre su estado de salud. En el 2018, se dijo que tenía una "enfermedad paralizante", en el 2019, que había sufrido un ictus y, en marzo pasado, una cuenta de Twitter falsa difundió un bulo en la que se daba a Benedicto XVI por muerto.