Joaquim Veríssimo, historiador portugués galardonado con el premio "Príncipe de Asturias" en 1995, ha fallecido a los 95 años de edad. La muerte de Veríssimo fue notificada ayer por la propia Fundación Princesa de Asturias, que en 1995 le otorgó su premio, entonces aún denominado como "Príncipe de Asturias", en la categoría de Ciencias Sociales, y ex aequo con Miquel Batllori i Munnée.

Durante su trayectoria, Veríssimo se centró principalmente en el estudio de la Edad Media, concretamente en la participación de los humanistas portugueses en la cultura europea del siglo XVI y la historia local, teniendo especial relevancia concejo natal, Santarém. Su obra más conocida, y no exenta de polémica, es la monumental "Historia de Portugal", compuesta por diecinueve volúmenes que relatan el pasado del país entre los siglos XIII y XVII.

Su profundo conocimiento de la historia portuguesa fue lo que determinó la concesión del premio "Príncipe de Asturias". El jurado de aquel año, presidido por Manuel Fraga, describía a Veríssimo como "uno de los más importantes historiadores del país luso. Sus tratados clásicos son reconocidos como verdaderos ejemplos de investigación rigurosa, objetividad indudable y exposición de gran brillantez literaria", tal y como recoge el acta.

Veríssimo nació en Santarém, en el año 1925. Se graduó en la Universidad de Coimbra en el año 1948, en Ciencias Históricas y Filosóficas, pero su trabajo ya destacaba antes de finalizar sus estudios: un año antes ya había publicado "Ensayo Histórico sobre el significado de la Toma de Santarém a los Moros en 1472". Y el mismo año en el que obtuvo el título , ya dio su primera conferencia, una de muchas de las que ofrecería a lo largo de su vida.

También fue profuso su trabajo de investigación, recogido en la "Historia Portuguesa", elaborado en solitario entre la década de 1970 y 2011. Una obra que consolidó su figura como uno de los mejores medievalistas del país, pero también como uno de los más controvertidos. Sus críticos le acusaba de plantear "interpretaciones fuertemente nacionalistas", aunque ofreciera por otro lado un profundo conocimiento de la bibliografía y de las fuentes documentales. Algunos historiadores han achacado estos recelos al hecho de que Veríssimo se formó durante la dictadura de António de Oliveira Salazar, un periodo en el que la academia estaba "muy marcada por un fuerte nacionalismo historiográfico".

Pese a ello, múltiples historiadores han alabado su trabajo, entre ellos Nuno Gonçalo, investigador de la Universidad de Lisboa: "independientemente de que se critique la metodología, es un fresco que, durante unas décadas, fue la mejor forma de mirar el país". También es reseñable el "rigor" con el que Veríssimo abordó los debates sobre la sucesión de la Corona portuguesa (1580), o la biografía del Marqués de Pombal (1982), un personaje muy relevante de la historia lusa.

Su vida se fue alternando entre periodos en su país y otros en el extranjero. Entre ellos, se incluyó una etapa en Tolouse (Francia) en los años 50, antes de regresar a Coimbra para defender su doctorado. Diez años más tarde, en 1960, ya era profesor titular de historia en la Universidad de Lisboa. Ese puesto lo abandonó entre 1967 y 1972 para irse a vivir a París, con el cargo de director del Centro Cultural Portugués de la Fundación Calouste Gulbenkian. Regresó de París para ocupar la cátedra de Historia en el centro donde antes había trabajado, en 1973. Después lo nombraron rector, puesto del que fue apartado en el 1975, con la Revolución de los Claveles. A partir de ese momento y hasta 2006 le nombraron presidente de la Academia de Historia de Portugal.

Además del premio "Princesa de Asturias", Veríssimo recibió también la Orden del Mérito Civil y con la Orden de Alfonso X el Sabio, entre otros reconocimientos.