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El hermano asturiano de Casaldáliga

El misionero catalán, fallecido en Brasil, compartía con García Laviana su adhesión a la teología de la liberación y le dedicó un poema fraternal

El hermano asturiano de Casaldáliga

Existe un vínculo fraternal entre el misionero Pedro Casaldáliga, fallecido el pasado 8 de agosto en Brasil, y Asturias. Desde San Félix de Araguaia, en el estado brasileño de Mato Grosso y en el corazón de la Amazonía, Casaldáliga, al que sus seguidores dieron en llamar el obispo del pueblo, era conocedor de las andanzas por Nicaragua del misionero asturiano Gaspar García Laviana, que luchó con la guerrilla sandinista contra Anastasio Somoza. Ambos compartían su adhesión a los principios de la teología de la liberación y ambos fueron cuestionados por el Vaticano. Casaldáliga vivió bajo continuas amenazas de muerte y sobrevivió a varios intentos de asesinato, llegó a cumplir 92 años. García Laviana murió en combate, en una emboscada a los guardias nacionales en 1978, muy joven, a los 37 años de edad. Al saber de lo sucedido el obispo de Araguaia escribió un poema, en el que se refiere al misionero asturiano como "hermano mío" y lo invoca como "asturiano, justicia de minero, bronco acantilado".

Esa poesía fue incluida primero en el poemario "A corazón abierto", que reunía los versos de García Laviana y que se publicó a título póstumo, y más tarde en el libro "Gaspar García Laviana visto desde Asturias", que coordinó José María Álvarez Pipo y que fue editado en el año 2018 con motivo del 40.º aniversario de su fallecimiento. Desde hace unos días también se puede leer en la web Foro de Cristianos "Gaspar García Laviana".

José María Álvarez Pipo rescata la historia de Casaldáliga y García Laviana en la última entrada de la web. "Casaldáliga", comenta, "reconoce el valor de García Laviana en su poema, aunque haya estado en el frente sandinista, luchando en la guerrilla, y es significativo que le llame 'hermano mío', que sepa que es hijo de minero... Con todo ello se siente como si él se hiciera también un poco asturiano".

En aquellos versos Casaldáliga se dirige a su compañero muerto y habla de la lucha común que compartieron: "Terratenientes eran los que ahogaban tus pobres, los que ahogan mis gentes". "Es el mismo Evangelio que te ardía en las manos más que el fusil inhóspito, amor exasperado, hermano mío". José María Álvarez Pipo observa como, en esos versos, Casaldáliga trata al asturiano "con extremado cariño y admiración". Desconoce si en el transcurso de sus vidas llegaran a encontrarse y verse las casas pero uno y otro eran sabedores de sus luchas.

Para el 40.º aniversario de la muerte del García Laviana, la RTPA, la Radio Televisión del Principado, preparó un documental sobre la peripecia vital y espiritual del sacerdote asturiano, que le llevó de su San Martín del Rey Aurelio natal y de Tuilla, en Langreo, adonde muy niño se trasladó con su familia, a Nicaragua.

José María Álvarez Pipo cuenta que el ya fallecido José Ramón Pérez Ornia, primer director del ente público de comunicación regional, hizo llegar a Pedro Casaldáliga un ejemplar del libro conmemorativo y otro del documental, acompañados de un correo al que el misionero catalán respondió elogiando ambas producciones y animando a "mantener viva la memoria de nuestros mártires".

Sus intercambios de correspondencia, a través del correo electrónico, puede consultarse en la web del foro dedicado a García Laviana y en ella se puede leer como Pérez Ornia, que había sido ordenado sacerdote y llegó a atender varias parroquias asturianas, agradece a Casaldáliga su colaboración en la ejecución de ambas obras. El misionero claretiano, desde Brasil, se muestra agradecido también: "Habéis hecho un buen servicio a las causas por las cuales Gaspar vivió y murió. Y es necesario mantener viva y actuante la memoria de esos testigos mayores que son nuestros mártires". Casaldáliga, en la línea de sus convicciones, se despide de él con "un fuerte abrazo y la paz subversiva del Evangelio".

Como García Laviana, cuyo nombre de guerra era Comandante Martín, Calsaldáliga se sentía próximo a las teorías marxistas. Ambos se pusieron al lado de los más pobres, se enfrentaron a las jerarquías, dentro y fuera de la Iglesia, y justificaron la lucha armada para combatir la injusticia. Casáldaliga apoyó abiertamente la revuelta de Chiapas en México y la revolución cubana. Su lectura del Evangelio era profundamente humanista y social y las de los dos son figuras ejemplares de la controvertida teología de la liberación.

Casaldáliga pisó el suelo de Brasil en 1968 para fundar una misión claretiana en la región del Araguaia y murió en aquel país, en Batatais, Sao Paulo; nunca regresó a Cataluña. García Laviana llegó a Nicaragua un año después, en 1969, para trabajar como misionero con los campesinos del municipio de Tola y peridió la vida en diciembre de 1978 en Río Mena, en el municipio de Cárdenas, atravesado por dos balas, muy lejos de su Asturias natal.

Ambos dejaron, además de un testimonio vital épico, un legado poético. En 1979 los poemas de García Laviana fueron publicados en la colección "Cantos de Amor y Guerra"; Casaldáliga, a lo largo de sus 92 años, publicó más de cincuenta obras de prosa y poesía. También en el amor a los versos el catalán y el asturiano fueron hermanos.

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