Las medidas aprobadas ayer por el Estado y las autonomías para el regreso a las clases, con el beneplácito casi unánime de las comunidades autónomas, no han tranquilizado a los docentes asturianos. Sus representantes aseguran que están "decepcionados" y que "si antes había incertidumbre, ahora hay más". Echan en falta "concreción" y "liderazgo" por parte de la Administración estatal y, sobre todo, temen las consecuencias de mantener la actual ratio de alumnos, con aulas de hasta 33 niños en Secundaria. "El Ministerio quiere organizar una vuelta segura al colegio a coste cero, y eso es algo imposible", se lamentan. Piden más profesores, más personal en los centros y más recursos. En definitiva, más inversión. La consejera de Educación del Principado, Carmen Suárez, lanzó ayer "un llamamiento de tranquilidad" a la comunidad educativa, aseguró que se priorizará la enseñanza en las aulas, especialmente para los más pequeños, pero advirtió que "la presencialidad podría variar si la situación epidemiológica lo aconsejara".

Tras el acuerdo sobre las 23 medidas y cinco recomendaciones para la vuelta al colegio, la Consejera asturiana explicó que "el objetivo no es otro que conjugar la salud de las personas con el derecho de nuestros menores a la educación de calidad que siempre ha caracterizado a Asturias" y prometió "trabajar para que el alumnado de menor edad y el más vulnerable, desde el punto de vista educativo y social, siga acudiendo a las aulas".

Sobre lo aprobado ayer dijo que "ya está contemplado en las instrucciones y el plan de actuación para la elaboración de los planes de contingencia de nuestros centros en Asturias", que data de finales de julio; garantizó que no habrá grupos con más de 20 alumnos e informó de que la Consejería ha remitido "miles de mascarillas para el personal docente y no docente".

El consejero de Salud, Pablo Fernández, puso el acento en el consenso logrado entre las administraciones, la estatal y las autonómicas. "Tenemos que ser humildes, España es un país relativamente pequeño y la pandemia es muy grande, o vamos unidos, trabajando de una manera coordinada, o no vamos a ningún sitio", declaró.

Pero el profesorado no se da por satisfecho. Insisten en la necesidad de reducir el número de alumnos por aula y alertan de la masificación de ciertos centros. "Hay alumnos casi en situación de hacinamiento, aulas con 33 y 27 niños en clases de instituto, indica el presidente de ANPE-Asturias, Gumersindo Rodríguez.

Maxi Fernández Otero, secretaria del sector de Enseñanza de UGT en el Principado, considera "imprescindible la bajada de las ratios". "No resulta coherente que el Ministro diga que las reuniones no pueden ser de más de 10 personas y en las aulas vaya a haber más de 30", argumenta. Tino Brugos, de la comisión permanente de SUATEA, lamenta que no se atienda "el clamor de los profesores por la reducción de las ratios" y augura que, en otoño, "los centros de enseñanza van a sustituir a los turistas como foco de contagio". "Es muy preocupante que solo se vayan a cerrar cuando haya una situación descontrolada", opina.

Borja Llorente, secretario general del sindicato de enseñanza de CC OO en Asturias incide en la reducción de las ratios, hasta 15 alumnos en los niveles de Primaria. "En Asturias hacen falta unos 3.000 profesores más y se incorporan 400 para Educación Infantil y Primaria, para el resto nada", denuncia. Otros sindicatos son más modestos en su reivindicación, pero ninguno baja de los 800 profesores a contratar. Además, demandan personal de refuerzo en otros ámbitos, para atender a los niños fuera de las clases o los servicios de limpieza, y cuestionan que el delegado o coordinador covid sea un docente y no un profesional sanitario. "Mantenemos una petición ya inveterada, junto al Sindicato de Médicos y Enfermería, para que los centros educativos tengan un profesional sanitario de referencia, pero nos tememos que el delegado covid será el primer que pase por ahí", señala Gumersindo Rodríguez.

Otra cuestión abierta es la incorporación de los docentes mayores de 60 años o con patologías previas. La ministra de Educación, Isabel Celaá, indicó ayer que cada caso será estudiado coordinadamente por el responsable covid del centro, la Consejería de Educación de su autonomía y Prevención de Riesgos Laborales. "El profesorado en situación de riesgo, con patologías previas o que convive con mayores, se va a convertir en un factor de riesgo", afirma Brugos. También hay preocupación por los niños en esa misma situación o con necesidades educativas especiales.

Los representantes del profesorado asturiano apuestan por la vuelta presencial a las clases, pero censuran la imprevisión de las administraciones públicas. "En los centros no ha habido vacaciones, los equipos directivos han trabajado todo el verano, y ellos esperan hasta la víspera del inicio del curso", lamenta Maxi Fernández Otero.