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Arte poleso descarado

El grafitero "Sentydoart" sorprende anónimamente en Siero: "Lo que importa es el 'qué', no el 'quién' "

"Sentydoart", delante de uno de sus grafitis. MARCOS ORTIZ

La expresión artística está por encima de todo, incluso de la propia identidad. Así lo piensa el autor de algunos de los grafitis más sorprendentes de Pola de Siero. Él es "Sentydoart", misterioso artista de la capital de Siero que sorprende sin dejarse ver. Lo tiene claro, "lo que importa es el 'qué', no el 'quién'".

Hasta tal punto recela de este aspecto, que prefiere que las instantáneas se las haga Marcos Ortiz, un "fotógrafo de confianza". Su identidad la conocen muy pocos, solo su "círculo más íntimo y cercano, familia y amigos, a los que no se lo puedo ocultar".

Más allá de quién esté detrás, importa su obra. "Quiero que la gente se detenga a contemplar algo sin entender que hace ahí. Que la gente se pregunte los motivos. Vivimos momentos complicados e intento fomentar un optimismo necesario".

Hay en el misterioso grafitero un profundo sentido del arte. Lo ve como "una ventana al exterior en una estancia cerrada de hormigón gris". Profundo, dada la visión trágica que da de su expresión artística. "La más libre y a la vez la más reprimida que existe".

Las primeras expresiones de su talento no eran presas de esta confrontación. De pequeño, "dibujaba personajes animados que salían en la televisión". Eso sí, cuando su edad dejó de poder contarse con los dedos de una mano, conoció "el spray". Fue una sensación que le "enamoró".

Las manos sobre el bote, el sentimiento de ver salir la pintura y que esta diera forma a sus complejas ideas fueron el germen de lo que hoy en día es. "Desde hace mucho tiempo tenía pensado dar forma a 'Sentydoart'. Al final empecé a finales de 2019. Lo hice por amor".

Desde fuera, resulta especialmente sorprendente que una expresión artística de este tipo haya surgido en la Pola. Esa sorpresa la aclara con mucha facilidad el autor de los grafitis. "Esta localidad significa para mí muchas etapas de mi vida. Actualmente es mi hogar y mi galería de exposición", relata el artista, que ha "variado mucho entre formatos y técnicas, dependiendo del soporte en el que quiero situar mis trabajos".

Los que hace por pasión sin dedicarse profesionalmente a ello. "De esto no vivo, pero me da la vida", explica poético. Económicamente se gana la vida por otros medios, pero pintar colma sus curiosidades. Hasta tal punto que su único objetivo en el mundillo es "disfrutar al desarrollar y realizar mi siguiente intervención, y tras ella la siguiente". Todo sin presiones, que su trabajo "sea un asterisco al que, sin buscarlo, llegue la gente y le genere una reflexión".

Un arte descarado, por la ausencia de autoría. Un Lazarillo de Tormes dibujado en las paredes para el disfrute de quien quiera dedicar su tiempo a mirar. Él no se marca fecha, no hay un plazo para que el mundo conozca a "Sentydoart": "Nunca digas nunca, pero es algo que no tengo marcado en ningún calendario", asevera.

Inevitable es pensar en Banksy. El genio que ha iluminado al mundo con sus pinturas críticas y que, recientemente, pareció revelar su identidad: "Es un referente, pero como lo pueden ser otros muchos otros".

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