Con "A este lado del mundo", David Trueba" pone su foco -crítico- en el problema de la inmigración, trasladando a su inane personaje protagonista a la ciudad fronteriza de Melilla. La película, que fue estrenada en el 23.º Festival de Málaga dentro de la Sección Oficial a concurso, cuenta con guión del propio director, fotografía de Julio César Tortuero y música de Javier Limón. "Tenemos que acostumbrarnos a los aforos reducidos y a las nuevas medidas", afirma el director sobre la nueva forma de disfrute de la cultura, "no conviene desanimarse", remarca. Trueba participa esta tarde en un coloquio (20.15 horas) en los multicines Odeón, del centro comercial ParqueAstur de Corvera, tras el visionado de su película. Y para tiempos de pandemia la receta del cine es la misma de siempre: "Es como una misa social; acudir a un lugar con desconocidos, que hoy parece lo más transgresor del mundo". En ese contexto, afirma, el cine debe aportar, igual que en otras ocasiones, "un variedad de sensaciones: desde distraerse a asomarse a cuestiones que a uno le preocupan".

"A este lado del mundo" narra la historia de un joven ingeniero de una empresa de Madrid. Tras ser enviado al desempleo, su, hasta entonces jefe, le ofrece un nuevo trabajo que podría hacer como autónomo y en Melilla. Cuando llega a la ciudad norteafricana empieza a conocer la realidad del nuevo encargo conociendo sus peculiaridades. La modificación de las vallas fronterizas con un nuevo diseño le pone en contacto con la realidad de la emigración clandestina. "Los españoles ven la inmigración en las pateras o la valla de Melilla pero se ignora los que entran por otros conductos y, a veces, la nacionalidad se puede comprar", detalla. Sobre las relaciones Norte-Sur que también tienen mucho que ver que la cinta que podrá verse hoy en Asturias, Trueba reflexiona así: "El Norte se expande hacia el Sur cuando incorpora países a su modelo económico. Al final no es una clave geográfica o racial, sino económica".

El director habla también, en plena crisis sanitaria, de la necesidad de reinventar el sistema. Él lo ha hecho a su modo: el formato cine autoproducido y autodistribuido para "A este lado del mundo". Argumenta Trueba que el cine mostraba signos de un "anquilosamiento monopolítico" donde "unos pocos se quedaban todo". Por eso, en tiempos de aforos limitados es positivo, a su modo de ver, que surjan proyectos "híbridos, entre el estreno local y los servicios en streaming, evitando esa cesión irreflexiva de dar todo el poder a dos o tres marcas". Y ante el reinado de las grandes plataformas de streaming advierte que Internet ha traído "uno de los monopolios más grandes de la historia de la humanidad; habrá que ver cómo influye en nuestra fiscalidad esa fuga de dinero por las tuberías de la red hacia EE UU".