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CRISTINA FUENTES LA ROCHE | DIRECTORA INTERNACIONAL DEL HAY FESTIVAL

"En el futuro haremos más festivales híbridos"

"En esta crisis hemos valorado más la cultura y le hemos devuelto su papel esencial"

Cristina Fuentes La Roche. MARINA GARCÍA BURGOS

La madrileña Cristina Fuentes La Roche, directora internacional del Hay Festival -el certamen literario británico, con extensiones por todo el mundo, que comparte el premio "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades con la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en México-, estará en Oviedo el 16 de octubre para asistir al acto de entrega. Con ella viajarán, si la pandemia lo permite, el director del Hay, Peter Florence, y la directora del Hay Segovia, Sheila Cremaschi. Unos días antes, Debate publicará "Imaginar el mundo. Conversaciones en el Hay Festival", libro que recopila algunas de las conversaciones con autores de todo el mundo propiciadas por el Hay durante sus más de 30 años de recorrido.

- El Hay Festival Segovia se ha celebrado, y con actividades presenciales.

-Ha sido un año complicadísimo. Estábamos a punto de lanzar la programación del festival de Gales, con más de 500 eventos presenciales, cuando empezó el confinamiento, y la tuvimos que cambiar a algo totalmente virtual. Lo hicimos en mayo y fue el primer evento digital en el mundo del libro que se celebró tras la primera alarma. Fue un éxito, se apuntó medio millón de personas, y fue emocionante. En el Hay de Queretaro, en México, participaron 300.000 personas, estuvo Malala, Vargas Llosa? Cuando llegó Segovia pensamos que la ciudad estaba preparada para hacer algo presencial, era mayo o junio, y decidimos mantenerlo, con un protocolo muy estricto y un aforo del 33%. El Hay sirvió para demostrar que se puede hacer cultura de forma sana y segura, se desarrolló con actitud de resistencia, reivindicando que la cultura puede continuar adelante sin poner en peligro a nadie. El de Segovia fue uno de los primeros encuentros literarios en los que, tras los confinamientos, los autores hablaban con un público real. Gales y México habían sido digitales, un formato muy atractivo, en el que la gente no se pierde nada, ve al autor en su contexto, en su estudio. En el futuro haremos más festivales híbridos.

- ¿La fórmula telemática acabará con el modelo presencial?

-Hemos usado mucho en el pasado el streaming y las tecnologías digitales en charlas y funcionaba de forma anecdótica. Ahora ha llegado para quedarse, es una herramienta para multiplicar audiencias. Ya veíamos que cierto tipo de autores no quieren viajar tanto, por compromiso con el cambio climático. Los recursos digitales no son para reemplazar sino para añadir. Reunir a la gente en Segovia, en Cartagena de Indias, en Hay-on-Wye para contar historias, contrastar puntos de vista y ver el mundo desde perspectivas diferentes, eso es irremplazable. Un festival es comunidad, pasear, disfrutar de la gastronomía, de las calles, del patrimonio, necesita de un público que experimente lo mismo al mismo tiempo y en el mismo lugar. Son importantes el público y el escenario.

- ¿Cómo saldrán de esta crisis las industrias culturales?

-El sector cultural va a salir muy golpeado y espero que tenga apoyo, para que no se pierda tejido cultural y no desaparezcan las pequeñas empresas y editoriales, que son las que garantizan la pluralidad y diversidad de pensamiento, que es tan importante en este momento y siempre. Yo viajo continuamente, por trabajo, y con esta crisis me ha dado cuenta de que puedo vivir sin hacerlo, pero necesito la cultura para sobrevivir, y como yo todos. Hemos valorado más la cultura y le hemos devuelto su papel esencial.

- ¿Y llegarán los apoyos que se necesitan?

-A mí me preocupa mucho América Latina, donde están dejando la reactivación de la cultura para la última fase, para cuando haya pasado la crisis sanitaria y económica. México es la excepción, porque ya tuvo antes episodios de epidemias y tiene protocolos de los que el resto carecíamos. La cultura hay que protegerla y tiene que acompañar siempre. Ética y moralmente merece ese acompañamiento, pero también lo merece por su interés económico. En el ámbito europeo todos los países están intentando lidiar con la situación. Me alegré mucho cuando Alemania incluyó la cultura en su primer paquete de medidas para la reactivación, como un bien de primera necesidad, como los colegios y los hospitales. España se está demorando un poco, pero sí hay claridad sobre lo que tiene que hacer, lo percibimos cuando organizamos el Hay Segovia.

- ¿Qué pasará con el sector editorial?

-Es interesante mantener el ecosistema, no solo los grupos grandes, también las editoriales pequeñas. El mundo está muy polarizado y necesitamos "despolarizarlo", dando entrada al pensamiento crítico. Durante los confinamientos se han vendido muchos libros, libros electrónicos y audiolibros. Todos son libros. En esta crisis y con la toma de conciencia de nuestra vulnerabilidad ha habido muchos replanteamientos existenciales. En época de dudas la lectura ayuda, muchos la redescubren. Ojalá eso se mantenga y se refleje en los números. La cultura es fundamental.

- El Reino Unido acaba de endurecer las medidas contra la epidemia.

-En Inglaterra nadie va con tapabocas, cuando viajo a España veo a la gente más concienciada. Veo menos gente por la calle y, con la vuelta al colegio, ha habido clases enteras que han tenido que volver a casa al detectarse positivos por covid, pero lo más duro son las cuarentenas obligatorias a los países europeos. No me parece que haya más riesgo en viajar a Madrid en avión que en ir en coche a Edimburgo parando en cuatro bares a tomar café. Y han subido las penalizaciones, hasta 10.000 euros por saltarse la cuarentena.

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