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El RIDEA aspira a un incremento de más de un tercio en su presupuesto en 2021

El Instituto de Estudios Asturianos, que antes de fin de año elegirá a tres nuevos miembros de número, celebra en noviembre su 75.º aniversario

El salón de actos del RIDEA, durante la conferencia de Tomás Emilio Díaz. JULIÁN RUS

El Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) emprende el nuevo curso con la confianza de que el Gobierno del Principado atienda sus reclamaciones económicas. Los 160.000 euros del actual presupuesto se le quedan cortos para hacer frente a los gastos corrientes y la publicación de libros y de boletines; para el próximo ejercicio acaba de aprobar un borrador de 220.000 euros, "lo mínimo para cubrir las necesidades", según su director, Ramón Rodríguez. Ahora, espera que la Consejería de Cultura dé su confirmación a ese notable incremento, del 37,5%, en su dotación económica.

El consejo general del RIDEA se reunió ayer para aprobar la propuesta de anteproyecto de presupuesto anual. También para anunciar la convocatoria de elección de tres miembros de número permanentes, que se prevé que esté resuelta antes de que finalice este año. Con ellos cubrirá una parte de las bajas de los últimos años, por defunciones y por que al superar cierta edad los miembros del instituto adquieren la condición de eméritos.

A la programación del curso 2020-2021, aprobada el pasado mes de junio, el RIDEA ha incorporado algunas nuevas actividades, para conmemorar el 75.º aniversario de su fundación. Habrá dos mesas redondas, una sobre humanidades, el 29 de octubre, con Marta Pérez Toral, José Antonio Álvarez Castrillón y Miguel de Blas, y otra dedicada a las ciencias y las ciencias sociales, el 5 de noviembre, con Venancio Martínez, Tomás Emilio Díaz y Leopoldo Tolivar, todos miembros del RIDEA. Con ellas se pretende dar a conocer la labor del instituto durante estas últimas décadas, especialmente su catálogo de publicaciones. El 12 de noviembre, Venancio Martínez pronunciará una conferencia, sobre los médicos en el Real Instituto de Estudios Asturianos.

Aún está en preparación una exposición de bibliografía, con documentos de archivo, fotos y libros de la biblioteca del RIDEA y publicaciones propias, que se presentará a lo largo de noviembre. La última semana de ese mes está previsto celebrar un acto solemne, para clausurar los actos, al que serán invitadas autoridades regionales.

Tras el consejo general del RIDEA, el botánico Tomás Emilio Díaz inauguró ayer el nuevo curso de la institución, con la conferencia "Aspectos bioclimáticos del Principado de Asturias: respuesta de su flora y vegetación. Posibles efectos del cambio climático sobre el paisaje vegetal asturiano".

Partiendo de una visión general de los grandes bioclimas -tropical, templado, boreal y mediterráneo-, Díaz analizó el impacto que tendrá en Asturias el aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones que los científicos predicen para los próximos años.

En Asturias, una región de clima templado, hay una variante submediterránea, en la que la duración del periodo de sequía se acerca a la del área mediterránea de la península. "Nuestra vegetación es de bosques de hoja caduca, carbayos, fresnedales... pero también hay encinares, alcornocales", indicó Díaz.

En la época terciaria, el clima del área geográfica que se corresponde con Asturias era mediterráneo y fue cambiando durante miles de años, explicó. Ahora la región se enfrenta a un cambio similar, con un ascenso de la temperatura de entre dos y cuatro grados como mínimo dentro de 50 años, o de cien a más tardar. Eso traerá consigo un cambio en el paisaje vegetal y en los cultivos. Tomás Emilio Díaz explicó que saldrán favorecidos los viñedos, los cítricos, los cereales mediterráneos, mientras que las pomaradas, que requieren de un clima templado, tenderán a desaparecer.

Turisticamente, Asturias saldrá ganando, porque su clima será similar al que ahora hay en el Levante. Díaz contó que alguno de sus colegas suele bromear, anunciando que en unos años "Asturias será el Benidorm del norte".

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