El Festival de Cine de Roma regaló ayer una incómoda sorpresa a los sectores más conservadores de la Iglesia católica. En el documental "Francesco", estrenado ayer y dirigido por el ruso Evgeny Afineevsky -de un país donde la homofobia es "marca de la casa" de Putin- el Papa se muestra por primera vez a favor de una ley de uniones civiles para parejas gais. "Los homosexuales tienen derecho a estar en una familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni una hacer la vida imposible por eso. Lo que debe haber es una ley de unión civil, de esa manera están cubiertos legalmente", afirma el pontífice en una de las frases del documental.

No es la primera vez que Francisco aborda el tema de la homosexualidad y hace removerse de incomodidad a los católicos más conservadores. Pero sí es la vez que se posiciona de forma más clara. En el avión de regreso de su viaje a las Jornadas de la Juventud de Río de Janeiro, en 2013, le preguntaron sobre la posible existencia de un "lobby gay" en el Vaticano. Sobre la pregunta concreta echó balones fuera con una broma: "Usted ha leído mucho sobre un lobby gay. Todavía no he visto a nadie en el Vaticano con un documento de identidad diciendo que es gay". Pero también añadió: "El Catecismo de la Iglesia católica lo explica muy bien. Dice que no deben ser marginados por esta (orientación), sino que deben integrarse en la sociedad". Entonces fue cuando dijo también: "Si una persona es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?".

La declaraciones del Papa en el documental "Francesco" se recogen en un fragmento donde reflexiona sobre el cuidado pastoral que tienen que recibir las lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. Tras las palabras de Francisco, los vaticanistas han desempolvado la postura que mantenía en 2010 sobre las uniones civiles el, por entonces, arzobispo de Buenos Aires. Como aún sigue haciendo, se oponía al matrimonio homosexual, pero ya entonces era partidario de las uniones civiles. Según uno de sus biógrafos Austen Ivereigh, citado ayer por "El País", esta defensa era una "cuestión de justicia civil" para que se respetasen los derechos básicos de las personas. Según otro biógrafo, Sergio Rubin, Bergoglio apoyó la legalización de las parejas gais "como una forma de prevenir la abierta adopción del matrimonio homosexual en Argentina". Medios ultracatólicos como la CNA ("Catholic News Agency") insistían ayer en que esas declaraciones de Bergoglio eran falsas.

A la vista, sin embargo, de las nuevas afirmaciones del Papa, ese mismo medio, citado por otro baluarte del conservadurismo católico, Infovaticana, subrayaba ayer hasta qué punto Francisco ha dado un giro radical con respecto a Ratzinger. Y citaban un texto de 2003 de la Congregación para la Doctrina de la Fe donde se indica textualmente que "el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales". Y añadía: "Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad". La Iglesia de Ratzinger creía que el apoyo de los políticos a tales uniones era "gravemente inmoral".