Son tiempos raros en la Fundación Museo Evaristo Valle de Gijón, como para todos. Se echa en falta las visitas escolares y a los niños, que a estas alturas del año deberían llenar sus salas y sus jardines. No hay talleres ni actividades para el público, por la imposibilidad de compatibilizarlo con las restricciones sanitarias, pero el trabajo no cesa. Antes de que acabe noviembre verá la luz el catálogo de la exposición "Valle, revelado", comisariada por Gretel Piquer. Contendrá reproducciones de once obras de Evaristo Valle procedentes del Museo Nacional de Arte de Cataluña, del Bellas Artes de Asturias, de la propia Fundación Museo Evaristo Valle y de algunas colecciones particulares, y con ellas los estudios radiográficos y mediante reflectografía infrarroja que se realizaron sobre ellas con la colaboración con el museo catalán y la Universidad del País Vasco. Todo ese material ha permitido conocer al detalle el desarrollo creativo de cada obra y la Fundación gijonesa sigue avanzando por ese camino, con colaboración privada y aplicando técnicas similares a otros cuadros. El primero ha sido "El caserío", bajo el que ya se suponía que se ocultaba otra obra de Valle, "Las palomas". La disposición de varios elementos del cuadro lo apuntaba y ahora, gracias a la tecnología, las suposiciones se han acabado confirmando.
Evaristo Valle (Gijón, 1873-1951) casi nunca daba por acabado un cuadro, introducía sucesivas modificaciones, borraba y recomponía, o desechaba la obra original y reutilizaba el lienzo, pintando sobre ella una composición totalmente nueva. Eso es lo que sucedió con "El caserío" y "Las palomas", el primero está datado en 1932 y del segundo se perdió la pista en 1919. La historiadora del arte Gretel Piquer, gran conocedora del artista y de su obra, ya había apuntado hace años que entre ambas obras había muchas coincidencias, muchos elementos coincidían cuando se superponían las imágenes que se conservaban de "Las palomas", que se utilizó como portada en la revista cultural "La Esfera", sobre "El caserío".
"Había evidencias de ello, pero ahora se trata de una confirmación. Incluso pensábamos en la posibilidad de que pudiera haber algo que no sabíamos, pero no hemos encontrado nada nuevo", comenta Pablo Basagoiti, responsable de Comunicación del museo.
Para realizar el estudio de "El caserío" la Fundación ha contado con la complicidad de un centro de radiología local, la Clínica El Molinón. Esta será la primera de sus colaboraciones, desinteresadas y propiciadas por la pasión por al arte de su director, Pedro García. Antes de acometer el análisis de "El caserío", a modo de prueba y con técnicas radiológicas y escáner, llevaron a cabo un estudio con una pequeña pieza de Valle, de la colección del museo; ahora continuarán con nuevas obras, sucesivamente, ampliando el archivo documental sobre la obra del artista.
Aunque haya tenido que detener su programación de actividades, el museo sigue abierto a las visitas. Con el cambio de hora y el acortamiento de los días, ha adoptado el horario de invierno y desde esta semana está abierto de martes a viernes, de 10.00 a 13.00 horas, y los sábados, domingos y festivos de 12.00 a 14.00.
