Enfado de Foro con Oblanca

Habrá estado de alarma durante seis meses y el presidente Sánchez tendrá que someterse al Congreso cada dos para dar cuenta de la evolución de la crisis sanitaria. Ese fue el acuerdo que, con el amplio respaldo de 194 votos, salió ayer de la Cámara baja. El PP rechazó sumarse a esa mayoría y se abstuvo ante lo que considera un “atropello legal” que llevará ante Europa.

El debate en el Congreso sobre la prórroga del estado de alarma por seis meses, aun sin la intervención de Pedro Sánchez, se convirtió en un nuevo choque entre el Gobierno y el PP, lo que confirma que el clima de posible entendimiento que abría la ruptura de Casado con Vox fue solo una apariencia. El enfrentamiento de ayer resultó intenso, aunque sin alcanzar tono bronco. Ese cruce dialéctico, que protagonizaron el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el líder del PP, Pablo Casado, eclipsó el resultado de una votación que el Ejecutivo daba ya por ganada por amplísimo respaldo. Así fue: la extensión por medio año recibió 194 apoyos, por 53 votos en contra (los de Vox y Foro) y 99 abstenciones (entre ellas, la del PP). La coalición gubernamental de PSOE y Unidas Podemos contará con una alarma hasta el 9 de mayo de 2021 y revisión en marzo.

“Por el bien de todos” el ministro Illa instó a Casado a apoyar la extensión de la alarma seis meses y a renunciar a su pretensión de que se prolongue solo hasta vísperas de la Navidad. “Es el momento de la política adulta”, defendió el titular de Sanidad, en quien, con el presidente sin moverse del banco azul, recaía el protagonismo del Ejecutivo. La alarma prolongada garantiza un marco jurídico estable. Frente a quienes, como los populares, critican esa estrategia, Illa subrayó que el Ejecutivo “hace lo mismo que la mayoría de gobiernos y que apoyan la mayoría de las oposiciones con sentido de Estado de toda Europa”.

Azuzado por el ministro, Casado, quien en ausencia de Sánchez no pensaba llevar la voz de su grupo, subió a la tribuna para argumentar su “abstención crítica” con un discurso muy duro contra la “inacción” del Gobierno de Sánchez y su poca “eficacia” en la lucha contra la pandemia, que ha provocado, recordó, 60.000 muertos, según los cálculos del Instituto de Salud Carlos III. Casado justificó su abstención porque el Ejecutivo no acometió la reforma legislativa que el PP le exige y que habría permitido usar normas ordinarias en vez de la alarma.

Casado sostuvo que una excepcionalidad que se prolongue seis meses es “un atropello legal”, y como tal lo denunciará ante la Comisión de Venecia, el órgano del Consejo de Europa que vela por el buen funcionamiento de las instituciones democráticas. El PP estima que Sánchez vulnera la separación de poderes al impedir que el Parlamento pueda votar el estado de alarma “cada quince días”. Así lo hizo el Gobierno en el primer confinamiento, pero el calvario político que supuso dar continuidad a las medidas llevó a Sánchez a reclamar ahora la garantía de un periodo largo.

“Ni un argumento sanitario le he escuchado”, se arrancó en la réplica Illa, tras pedirle a Casado que hiciera como él y se disculpara por haber ido a la polémica cena organizada por “El Español”, si quería dar lecciones de “humildad”. Así entraba el Ministro, algo inusual en él, en un cuerpo a cuerpo con el jefe del PP. “Mi único adversario es el virus. Para usted, parece que sigue siendo exclusivamente el Gobierno. Vemos con estupor que han convertido un debate sanitario en las primarias de la derecha, entre [Santiago] Abascal y usted. Pili y Mili”, cargó el Ministro. En definitiva, la sesión había mudado en una “contramoción, una segunda vuelta de la moción de censura. Todo lo que había ganado en una semana lo pierde en la otra. Casado censura a Casado. No quisiera estar en su lugar”. Básicamente, Illa acusaba al líder del PP de llevar “tiempo sin pisar la Tierra” y de “aterrizar en Marte, el territorio de Abascal”, además de mostrar una total “ausencia de su sentido de Estado”. Ya puesto, el Ministro aprovechó para enviarle un recado a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien considera a Illa “activista de la madrileñofobia”, a través de su jefe de filas. “Nunca he contestado, pero voy a hacerlo: siempre me he sentido muy cerca de Madrid, pero ahora me siento mucho más cerca que nunca. He visto a una ciudad admirable, que acoge, abierta, que resiste, que no pregunta, que está unida. Reconozco mi admiración por Madrid y los madrileños con dos palabras: gracias, Madrid”.

La enmienda aceptada la víspera con la que ERC dio su voto positivo impone la comparecencia mensual del ministro de Sanidad. Sánchez tendrá que rendir cuentas cada dos meses ante el Pleno del Congreso y en marzo habrá una revisión de la medida: la conferencia de presidentes decidirá si levanta la alarma.

Con esa ganancia ya en su haber, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, pidió ayer ejemplaridad a los grupos: “Ya vale de esta lucha miserable por echarse los muertos a la cabeza”. La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, y el portavoz del PNV, Aitor Esteban, coincidieron en lamentar que, una vez más, el Congreso se haya convertido en escenario de luchas y descalificaciones. La presidenta de los naranjas anunció que apoyará la prórroga por “responsabilidad” y “sentido de Estado” ante un Gobierno que padece de “falta de liderazgo”.

Foro Asturias pedirá explicaciones a su diputado, Isidro Martínez Oblanca, por votar en contra de la autorización al Gobierno para prorrogar el estado de alarma, “puesto que no ha trasladado ni comunicado el voto de una cuestión tan relevante a la comisión directiva del partido”, dicen, en la línea de su acción como diputado en toda la legislatura. Oblanca, por su parte, justificó el “no” en que “la situación actual es un descalabro, y el decreto desvía a otras administraciones el problema”.