Con “La vida de otros”, un “artefacto” que transforma una vieja carpeta de contactos fotográficos en una evocadora obra de arte, Hermes González y Carmen Santamarina han ganado el VI Premio “Francisco Pino” de Poesía Experimental, que conceden la Fundación Jorge Guillén y el Centro Francisco Pino, en Valladolid. Los asturianos, pareja en el arte y en lo personal, ya obtuvieron un accésit en el mismo certamen, en 2016, y en esta edición su obra ha sido seleccionada entre las 98 presentadas a concurso, desde España, Estados Unidos, Hispanoamérica y Europa.

Hermes González y Carmen Santamarina. | Pedro Delgado

Carmen Santamarina recurrió a su fondo documental y llenó la carpetilla de contactos con fotos tamaño carné, con rostros de niños y adultos, desconocidos y familiares. Entre ellos están los de Hermes González, que se ha ocupado de poner los textos a la pieza, y los de sus padres.

A cada cara, el poeta le ha asignado una frase, como un apunte sugerido por la imagen. “Un billete abierto”, “Un trozo de mantel”, “Un compás de tres por cuatro”, “Joven artista de circo”, “Un lunar en la falda”, “En año bisiesto”, así hasta 42. Para él se ha reservado: “Tal vez cartógrafo”. Leídos uno tras otro, los textos tienen una cierta cadencia rítmica, aunque no son una poesía. No hay restricciones para la lectura y el disfrute, comenta Carmen Santamarina. Lo mismo se puede empezar ojeando las fotos y buscando las palabras asignadas a cada una, que leer el texto de corrido o hacer una selección: solo las mujeres, solo los hombres o solo los niños. “Cada uno puede construir el poema a su manera”, explica.

El poema visual “La vida de otros”.

Hermes González dice que no entiende “la poesía como un género literario” y que la encuentra en las fotos y en las películas, en los objetos, no necesariamente en un libro. Le interesa la presencia de la imagen en el ámbito poético, especifica. Carmen Santamarina añade que la poesía es “emoción que te conmueve”, más allá de los géneros literarios. En su forma de acercarse y ahondar en el hecho poético ambos están perfectamente compenetrados.

El premio “Francisco Pino” tiene para ellos una resonancia especial, por ciertos vínculos poéticos que mantienen con la ciudad de Valladolid y, sobre todo, por la admiración que sienten por el artista que le da nombre, que, a juicio de Hermes González, es “a la poesía lo que Delibes a la narrativa”.