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Autora del libro “Museos, galerías y rarezas. Estudio sobre la Museographia Neickeliana”

Alicia Vallina: “El Museo del Pueblo de Asturias tiene un discurso muy bien definido”

“Trabajo en una novela sobre la primera mujer que se alistó en la Marina española, en 1793”

Alicia Vallina. | LNE

Alicia Vallina (Pola de Siero, 1976), doctora en Historia del Arte y miembro por oposición del Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos del Estado, acaba de publicar “Museos, galerías y rarezas. Estudio sobre la Museographia Neickeliana” (Editorial Asimétricas), un volumen en el que rescata el tratado de museografía de Kaspar Friedrich Neickel, publicado originalmente en 1726.

–¿Cuál es el origen del libro?

–Soy museóloga, conservadora de museos, y cuando nosotros nos formamos estudiamos dos grandes tratados, el de Samuel Quiccheberg, de 1565, del que ya hice un estudio, publicado con Trea en 2018, y el otro es este de Neickel, cuyo título original se traduce como “Museografía o introducción al entendimiento y ordenamiento de los museos o cámaras de rarezas”. Al ser un volumen grande, que podía resultar poco atractivo, hicimos un estudio de ese tratado, algo que nunca se había hecho, extrapolando muchas de las páginas. Lo que queríamos saber era en qué podía ayudar este tratado a la museología moderna, y si las cuestiones que se planteaban en pleno Siglo de las Luces eran las mismas que nos hacemos actualmente.

–Y las soluciones que aportan, ¿tienen vigencia?

–Claro, eso es lo más interesante, que realmente esas cuestiones siguen vigentes. Son las preguntas naturales que nos hacemos los museólogos, por eso las repetimos

–¿Hacía Neickel una distinción entre tipos de museos?

–Sí. Estableció una serie de objetos que debían ser custodiados en estos lugares, y desarrolló una clasificación atendiendo a dos cosas fundamentales: el mundo de los bienes que procedían de la naturaleza, y luego los objetos artificiales que procedían de la mano del hombre, donde se engloba todo lo que se pueda imaginar. Instrumentos científicos, musicales, armas, artes decorativas, libros, documentos, cartografías, artes plásticas, numismática... Neickel ordenaba todos esos objetos y, por primera vez en la historia, habla de la necesidad de crear una ciencia que establezca un ordenamiento físico de esos objetos.

–Como museógrafa, ¿que le parece el trabajo en los museos asturianos?

–Funcionan muy bien. Me gusta especialmente el Museo del Pueblo de Asturias, lo visité recientemente y me pareció especialmente importante por la clasificación y el modo de establecer los objetos, con un discurso muy bien definido, organizado y bien ordenado.

–Una vez publicado el estudio sobre el libro de Neickel, ¿en qué está trabajando?

–Lo más inmediato es la publicación de mi primera novela, que edita Plaza y Janés. Cuando fui directora del Museo Naval de Cádiz me sorprendió mucho la ausencia en el discurso museográfico de cualquier referencia a la mujer dentro de la materia militar y me propuse, además con mucho ímpetu, a tirar del hilo para descubrir algún personaje femenino relevante dentro de la historia naval de nuestro país. Y surgió la figura de Ana María de Soto, personaje real, de Aguilar de la Frontera, que fue la primera que, disfrazada de hombre, se alistó en la Infantería de Marina española, en 1793.

–Tal y como lo cuenta, parece nuestra Mulan.

–Pues parecida, sí. Participó en la batalla del cabo de San Vicente, en la defensa de Rosas, en la defensa de Cádiz contra los ingleses... En muchas batallas.

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