Zalacaín (Madrid) fue el primer restaurante español en lograr tres estrellas Michelin, referencia gastronómica y templo culinario de los tiempos de la Transición, pero el "tsunami" económico derivado de la covid se lo ha llevado por delante tras casi 50 años de historia.

Cerró, como el resto de la hostelería, durante el estado de alarma; intentó sobrevivir con el servicio de comida a domicilio, pero nunca llegó a reabrir y finalmente la propiedad, el grupo empresarial La Finca, ha decidido solicitar concurso de acreedores e ir directamente a liquidación, han confirmado este jueves a la Agencia Efe fuentes de la compañía.

"Es un 'tsunami' durísimo, todavía no nos lo creemos", dice a Efe Carmen González, quien ha sido su última jefa de sala y la primera que ejerció como tal en un restaurante que, asegura, "nunca va a caer en el olvido y siempre formará parte de la historia gastronómica", por lo que se siente "muy afortunada" de haber sido partícipe.

Gloria Elizo Serrano , política de Podemos y actual vicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados, ha publicado un comentario en Twitter sobre este cierre que ha indignado a una amplia mayoría de los usuarios de la red social: "Se desmoronan las trastiendas del régimen del 78. Los manteles donde se negociaron los votos obtenidos con reyes y banqueros, los que ponen a raya a la política. Donde se acaba la tramoya y se paga en metálico. Tampoco es que ahora sea tan diferente. Aunque se come peor seguro", ha escrito.

A las críticas contra este comentario se han sumado voces como la de la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que ha tachado de "vergüenza" las palabras de Elizo. "Aquí tienen a Podemos alegrándose del cierre de Zalacaín, un establecimiento que daba empleo a más de 50 personas. En lugar de hacer propuestas para salvar a las familias afectadas por esta crisis brutal, se mofan de quienes pierden su puesto de trabajo. Qué vergüenza".

No son los únicos damnificados. En San Sebastián ha echado definitivamente la persiana tras casi 15 años A Fuego Negro, un revolucionario de la cultura del pintxo; en Barcelona Sergi de Meià o Monvínic; en Sevilla el clásico Restaurante Becerra; en Logroño La cocina de Ramón y La Parrilla Riojana, y en Madrid los estrellas Michelin Punto MX y 99 Sushi Ko, por citar sólo algunos ejemplos.

Pero con el caso de Zalacaín, que debe su nombre a un personaje de Pío Baroja, se va buena parte de nuestra historia. Fundado por Jesús María Oyarbide y Consuelo Apalategui en 1973, acogió desde comidas y reuniones de los primeros Gobiernos de la democracia a fusiones de bancos, además de tener a reyes, presidentes nacionales e internacionales, premios Nobel, deportistas y artistas como comensales y de ser proveedor de la Casa Real.