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Santiago Martínez | Empresario lombricultor

“Cogí esta empresa por motivos emocionales y mi objetivo fue resucitar una vaca muerta”

“Estoy en mi mejor momento, con la familia en las mejores condiciones y vendiendo más que nunca por la vuelta a lo rural”

Santiago Martínez, en la finca de La Mata (Grado) donde tiene su empresa. | JULIÁN RUS

Santiago Martínez (Grado, 1977) es el propietario de Lombriastur, una empresa que transforma 1.000 toneladas de estiércol de vaca no estabulada en 300 toneladas de abono natural de alta calidad por la acción natural de las lombrices rojas de California y un secado en un proceso que imita, en poco más de un año, la última fase de descomposición de materia orgánica vegetal y animal que se produce en un bosque en siglos. Su padre trajo la idea de Estados Unidos a La Mata (Grado) hace 34 años.

–Estoy en el mejor momento de ánimo y de salud de mi vida y la empresa también. Después de años en los que sufrimos muchos problemas familiares, los que seguimos vivos estamos en las mejores condiciones.

–¡Incluso en pandemia!

–Al principio tuvimos un bache grande. Marzo y abril es nuestra época alta de ventas y quedamos a cero. Conforme fueron dejando abrir las tiendas y volver a los huertos, recuperamos y hemos tenido un año extraordinario. A mediados de septiembre batimos nuestro récord de facturación de la empresa, que estaba en 155.000 euros. Ahora debemos de superar los 170.000 euros.

–¿Y eso por qué es?

–Lo achacamos a una vuelta a lo rural, a trabajar el huerto y a apreciar la casa del pueblo.

–¿Qué problemas tuvo la empresa?

–Pasamos muchas dificultades, sobre todo a partir de que enfermó mi padre, con un cáncer de páncreas contra el que luchó dos años y medio. Fue muy duro porque teníamos serias discrepancias respecto al negocio. A raíz de su muerte, en 2010, mi hermano José, que es año y medio más pequeño, y yo llegamos a un acuerdo fácilmente porque la empresa estaba quebrada. Empresarialmente, mi objetivo era resucitar una vaca muerta.

–¿En qué condiciones?–

Heredé cinco créditos y muchas más deudas.

–¿Cómo era su padre, Santiago Manuel Martínez Cañedo?

–Genial. Un adelantado. Nació en Grado, quiso viajar, tuvo que elegir entre volar y navegar y eligió la mar porque el aire pasaba por el Ejército. En su momento fue el capitán más joven de la Marina Mercante. En tiempos de Franco, cuando casi nadie viajaba, dio tres veces la vuelta al mundo. Mandaba petroleros italianos y japoneses, hablaba perfectamente inglés, italiano y tres dialectos. Capitaneó la primera expedición científica española a la Antártida con la goleta “Idus de Marzo”, que zarpó de Candás en 1982.

–Usted creció sin él.

–Cuando volvió de la Antártida yo tenía 5 años y no sabía quién era aquel paisanu de barba al que le olía mal el aliento. Dejó de navegar en 1985 y en 1986 constituyó esta empresa, que fue una de sus grandes pasiones. La llevaba como un hobby y una pasión, invirtió mucho dinero en ella e hizo cosas poco usuales, como que la oficina de la empresa estuviera en el salón de la casa familiar.

–A la vez, se ganaba muy bien la vida en la estiba y desestiba en los puertos de Gijón y Avilés.

–Era un romántico. Hace 14 años ideó una gran empresa de lombricultura en Somiedo, participada por administraciones públicas, que no se llevó a cabo. A partir de ahí, como decía un amigo, la familia se dividió entre románticos y prácticos.

–¿En qué lado militó usted?

–Vi los números y fui de los prácticos.

–¿A qué se dedicaba usted hasta entonces?

–Soy técnico superior en Comercio Internacional. Vendí seguros, productos financieros, telefonía fija y móvil, fui viajante, llevé artículos de regalo y decoración e hice campañas para la empresa, cuando era de mis padres, porque desde niño colaboraba en los veranos. Esto en casa lo mamamos.

–¿Cómo vivía antes de centrarse en la empresa?

–Estaba tan feliz en Cimadevilla, en Gijón, desde hacía 10 años que decía que era moscón y playu adoptáu. Cuando murió mi padre yo tenía 33 años y volví a la casa familiar, de la que había marchado a los 18, para vivir con mi madre, María Josefa, con la que entonces tenía muchas discrepancias. Ahora han desaparecido.

–¿Por qué cogió la empresa?

–Por motivos emocionales, no racionales, para que mis abuelos no murieran de un disgusto si el banco expropiaba los terrenos en los que está la empresa.

–Los padres de su padre.

–Sí, Alfredo y María Josefa, que eran nuestros vecinos de puerta con los que tenía una relación muy estrecha. Ella murió hace tres años y él, siete.

–¿Qué primeras decisiones tomó?

–Llegar a acuerdos con los trabajadores para un ERE de reducción de jornada. Les estoy agradecidísimo a los tres trabajadores de la empresa porque también llegamos a acuerdos cuando no les podíamos pagar en tiempo... Trabajé viernes, sábados, domingos y festivos porque el secado del humus en verano hay que hacerlo 3 veces al día. Ha sido así durante estos 10 años.

–¿Se arrepiente de su decisión y de haber cambiado su vida?

–No. Valoro mucho mi situación actual porque tuve un enriquecimiento personal enorme. De las dificultades se aprende, y aquí hubo muchas.

–¿Tiene pareja?

–Tuve una pareja que me ayudó mucho a superar todo ese cambio y ahora estoy soltero y sin compromiso.

–¿Qué posibilidades de crecimiento tiene la empresa?

–Tremendas. Es reciclaje puro y duro. Llevamos 30 años reciclando excedente de estiércol, un residuo orgánico contaminante de nuestra comarca. La UE reconoce ahora que no tiene sentido que gastemos dinero en importar abonos químicos que contaminan en el transporte de larga distancia y no reaprovechemos nuestros residuos orgánicos para hacer abonos ecológicos de gran calidad.

–Asturias es buen sitio para este negocio.

–Eso fue lo que vio mi padre: tiene unas condiciones naturales óptimas, desde el cucho de vacas no estabuladas hasta el 80% de humedad.

–Le han nombrado empresario autónomo del año.

–Sí y la semana pasada hicimos nuestra primera exportación, cinco palés de Asturhumus para Polonia. Hasta ahora las normativas no lo permitían. Vendemos en Asturias y en España, en tiendas, un producto orientado al particular. También comercializamos guano de murciélago y aves marinas de Indonesia que produce un holandés porque completa el kit de cultivo ecológico para productores de marihuana. Tiene un potencial enorme. Trabajamos con la mayor distribuidora nacional para “grow shops” y con el líder de venta en internet.

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