Un equipo de investigadores ha creado el primer mapa mundial sobre la distribución de las más de 20.000 especies de abejas que hay en el planeta, un avance para la comprensión y protección de unos polinizadores de los que dependen nuestras fuentes de alimentos y nuestros ecosistemas.

Los científicos, que han publican este jueves su investigación en la revista Current Biology, han elaborado el mapa global más completo de especies de abejas con casi seis millones de registros públicos sobre la aparición de tipos de abejas en todo el mundo.

Los hallazgos del equipo respaldan la idea de que hay más especies de abejas en el hemisferio norte que en el sur, y más en ambientes áridos y templados que en los trópicos.

"La gente piensa que las abejas son solo abejas melíferas, abejorros y tal vez algunas otras, pero hay más especies de abejas que de aves y mamíferos combinados", asegura en un comunicado el director del equipo investigador, John Ascher, profesor asistente de Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de Singapur.

"Estados Unidos tiene, con gran diferencia, la mayor cantidad de especies de abejas, pero también hay vastas áreas del continente africano y de Oriente Medio con altos niveles de diversidad por descubrir, más que en las áreas tropicales", agrega.

El caso de las abejas es diferente al de muchas plantas y animales que siguen un patrón conocido como gradiente latitudinal de biodiversidad, según el cual la diversidad aumenta a medida que se aproxima a los trópicos y disminuye hacia los polos.

Las abejas son una excepción a esa regla, ya que concentran sus especies fuera de los polos y van escaseando a medida que se aproximan al ecuador.

Los científicos explican el hecho de que haya muchas menos especies de abejas en los bosques y selvas que en los ambientes áridos del desierto, porque los árboles tienden a proporcionar menos fuentes de alimento para las abejas que las plantas y flores bajas.

"Cuando llueve en el desierto, hay estas floraciones masivas impredecibles que literalmente pueden tapizar toda el área", dice por su parte Michael Orr, del Instituto de Zoología de la Academia China de Ciencias.

Aunque queda mucho por investigar sobre la diversidad de las abejas, el equipo de científicos espera que su trabajo ayude en la conservación de las abejas como polinizadores globales.

"Muchos cultivos, especialmente en los países en desarrollo, dependen de especies de abejas nativas, no de abejas melíferas", añade por su lado Alice Hughes, miembro de la Academia China de Ciencias y también coautora de la investigación.

Los autores ven esta investigación como un primer paso importante hacia una comprensión más completa de la diversidad global de las abejas y una línea de base importante para futuras investigaciones más detalladas sobre estos insectos.