Un festival de cine es siempre un laberinto de títulos por el que el espectador puede, en ocasiones, perderse. El de Gijón, no rompe esa regla. Su edición más insólita, justificada por la restricciones sanitarias a que obliga la pandemia y circunscrita a los visionados online, comenzó ayer con la proyección de “¡Al abordaje!”, del francés Guillaume Brac y filme inaugural del FICX. Quedan ocho días por delante en los que los aficionados podrán ver, desde todo el territorio español, más de 90 largometrajes y una treintena de cortos. Ayer ya se subieron a las dos plataformas audiovisuales que colaboran con el festival, Filmin y Festhome, once películas. Antes, el programador principal de la cita, el gijonés Fran Gayo, seleccionó para LA NUEVA ESPAÑA los seis títulos que todo buen aficionado debería ver. Regresa al FICX, donde marcó una época entre 1997 y 2009. Y su apuesta por el llamado “Nuevu cine asturianu” es clara.

1Vaca mugiendo entre ruinas” (competición, en Albar), de Ramón Lluís Bande.“

Una película fundamental, no de esta edición sino de cualquiera, digamos que es la película que nunca soñé se iba a hacer sobre mi ciudad, sobre su historia y sus cicatrices sin cerrar, un relato épico que gira en torno a la figura de Belarmino Tomás y la resistencia numantina del Consejo Soberano. De algún modo lo más tremendo del film es que de manera implacable reformula hasta el trazado de las calles de Xixón y nos impide volver a mirarlas del mismo modo”.

2 “La calle del agua” (competición, en Tierres en Trance), de Celia Viado Caso.

“Un pequeño milagro, un film de cámara que tiene algo de relato fantasmagórico y de cuento gótico de encierro en el que se recupera la figura de la fotógrafa y relojera de Corao Benjamina Miyar, nacida en 1888. “La calle del agua” es una obra hipnótica en la que el filtrado de la luz en los bosques y habitaciones en penumbra sirve para construir un relato en sí mismo. La gran pregunta es: ¿cómo un cine en una situación de orfandad como el asturiano puede generar películas así?”.

3 “Together Apart" (competición, en Retueyos), de Qu Youjia.

“Una obra maestra absoluta concentrada en una esencia de 52 minutos, un melodrama familiar sin estridencias, casi susurrado, en torno al duelo y las ausencias. Un hombre fallece y vuelve a su casa como si nada, intentando retomar su vida cotidiana y entender porqué todos lo miran de ese modo. En “Together Apart” están las influencias de Yasujiro Ozu e Hirokazu Kore Eda, pero también la personalidad arrolladora de un director que, con apenas 30 años, logra uno de los finales más sobrecogedores que he visto en mucho tiempo”.

4 “Lluvia de jaulas” (competición, en Tierres en Trance), de César González.

“Si tuviese que resumir esta edición en un nombre sería el de César González, un director nacido en 1989 en la porteña villa Carlos Gardel, con un periplo vital durísimo que incluye reformatorio, prisión y, finalmente, el descubrimiento de la poesía y del cine, a los que se abraza como quien se abraza a una religión salvífica. Poeta y cineasta, con “Lluvia de jaulas” ha logrado algo incomparable, una película que marca un antes y un después en el cine argentino, filmar una villa desde adentro, en primera persona y con una marcada identidad de clase”.

5 Ana Katz (centra la sección “Foco” de esta edición).

“Cualquier film de Ana Katz merece la pena y a pesar de todos los elementos profundamente argentinos que pueda haber en películas como “Los Marziano” o “Mi amiga del parque” sus películas se nos quedan resonando de manera inevitable porque hablan de temas universales como la familia (como refugio pero también como prisión, o viceversa), la soledad, el fin del amor, la maternidad, las diferencias de clase o ese mecanismo infernal que son las vacaciones en familia. Si lo que buscan es ver comedias de tono agridulce con grandes interpretaciones y diálogos memorables no sigan buscando porque este es el lugar”

6 “Stray” (competición, en Retueyos), de Elizabeth Lo.

“Una película inexplicable, un documental de producción USA, dirigido por una cineasta de origen chino y filmado en las calles de Estambul, con un punto de vista que va siempre a la par y a la altura de un grupo de perros callejeros que nos muestran la ciudad acompañados por un grupo de niños sin hogar, todo con un tono por momentos luminoso que combina el direct cinema y el film de aventuras. No hace falta ser un amante de los perros para disfrutar de una película así, pero obviamente para quien sienta esa filia (y yo me incluyo) “Stray” puede convertirse en una experiencia extremadamente emocionante”.