Puede que sí, que esté un poco loco, pero lo que es seguro es que Paco Martínez, Paco “Loco”, es uno de los tipos con más talento y desde luego más divertidos que han visto las últimas décadas de la música en este país. El documental “Viva el Noise”, incluido en la sección “Esbilla” del Festival Internacional de Cine de Gijón, repasa la trayectoria de este hombre libre que desde su estudio en Gijón, primero, y desde hace años desde su refugio en el Puerto de Santa María (Cádiz), ha producido discos de Enrique Bumbury, Nacho Vegas, Mikel Erentxun, “Amparito”, Abraham Boba, “Misiva” y un etcétera que sería una enciclopedia. De hecho, la cinta empieza y termina con Paco repasando por orden alfabético los grupos con los que ha trabajado. “Y eso es lo que he hecho los últimos veinte años”, dice, pero no sería él sin añadir algo, “eso y comer un poco”, concluye.

Paco Loco, durante un concierto con “Los Locos” en la sala La Real de Oviedo.

El documental dirigido por Daniel Cervantes refleja esa libertad que siempre ha marcado la vida de Paco. Un tipo que entiende la música desde las entrañas, que considera que “el sonido perfecto es algo que te deje flipado, independientemente de la calidad”, como confiesa en la cinta. Y él es capaz de dejar flipado a cualquiera. Hasta cuando John Angello, productor de “Sonic Youth” y “Dinosaur Jr” se planta en su casa con una cabeza de unicornio y a la hora de enviarle fotos a su familia descubre que en las instantáneas aparece Paco medio desnudo porque se ha bajado los pantalones. Es así: quien no haya visto el culo, o al menos los calzoncillos de Paco Loco, no ha estado en ninguno de sus conciertos, ya sea con “Los Locos”, “Los Sangrientos”, “Australian Blonde” y “Los Jaguares de la Bahía”.

Paco es capaz de meterse en la piscina para ofrecer a sus seguidores de Facebook la receta de los huevos pasados por agua, pero también de lograr sacar lo mejor de cada uno de los músicos que pasan por su estudio, y han sido cientos.

En los primeros minutos del documental se ve la cara desesperada de Mikel Erentxun. La cinta en la que están grabadas las guitarras de su último disco está enrollada sobre la mesa de Paco. Se ha dado la vuelta como aquellas viejas “TDK” y el donostiarra mira incrédulo cómo Paco la saca de los cabezales y la tira encima de la mesa. Coge un bastoncillo de los oídos y se pone a limpiar esos cabezales mientras Erentxun pregunta: “¿Pero esto también está grabado en el ordenador, no?”. Paco le contesta que sí, que lo tiene registrado, pero a los pocos segundos la cinta que parecía vista para sentencia vuelve a rodar por donde debía y a sonar como tiene que hacerlo.

Paco, el científico, Loco

El estudio de Paco Loco es, en palabras de uno de sus compañeros de “Los Jaguares de la Bahía”, su última banda, “el laboratorio de un científico loco, lleno de cacharros para hacer sus pócimas”. Unas pócimas que suenan, quizá no perfectas, pero que tienen la esencia de la eterna felicidad.

Por el documental pasan los que tienen que estar. Faltan muchos, en especial se echa de menos alguna referencia a “Los Sangrientos”, y todos coinciden en lo mismo, en contar anécdotas locas, en destacar la figura de Muni, la esposa de Paco, y en alabar la calidad como productor del protagonista. Ahí está Boni Pérez, letrista de “Los Locos”; Fran Nixon y Roberto Nicieza, compañeros en “Australian”; Josele, de “Manta Ray” (hoy de “Elle Belga”); Mar Álvarez (“Undershakers”, “Pauline en la Playa”) o los periodistas Pepe Colubi y Enrique Bueres.

“Estaban el Milán (el campus de humanidades de la Universidad de Oviedo) y el bar La Plaza (en Gijón), pero lo que redondeaba todo era el estudio de Paco Loco”, se dice en el documental. Así es, Paco Loco fue la mano que estuvo detrás de eso que se dio en llamar “Xixón Sound”.

Un documental que sirve para conocer a una persona, si es que alguien no conocía a Paco, pero también para entender la historia de la música en España en los últimos treinta años. Y, cómo no, para volver a escuchar la añorada voz de Carlos Redondo.

Paco está Loco “pero no ido”, Así es: es Paco Loco, pero no se ha ido.