El 25 de noviembre es una de las dos fechas icónicas para las organizaciones de mujeres en general y para el feminismo en particular, junto con el 8 de marzo. Si en marzo el objetivo es visibilizar la ya larga lucha de las mujeres por conquistar libertad y derechos y la actualización de la agenda del movimiento feminista; en noviembre, lo que ponemos delante es la necesidad de acabar con las violencias que sufren las mujeres por el hecho de ser mujeres, la necesidad de que la sociedad, y por tanto también la política, asuma como una prioridad la erradicación de las pautas de género patriarcales, que son el origen de las violencias machistas y las agresiones sexuales.

Este 25N, para la Asociación Feminista de Asturias y el Colectivo Escuela No Sexista de Asturias, tiene una connotación añadida: nuestra compañera Begoña Sánchez González, fallecida en junio, cumpliría 69 años y queremos recordarla trayendo a la memoria un libro pionero en la prevención de los abusos a menores.

En sus múltiples viajes a Berlín, a finales de los años 90 del pasado siglo, Begoña se encontró un libro con el título de “Ni un besito a la fuerza”, cuyas autoras eran la escritora alemana Marion Mabes y la ilustradora Lydia Sandrok. La publicación alemana, en 1994, fue propiciada por la Asociación Federal para la Previsión del Abuso Sexual a Chicas y Chicos. Begoña Sánchez y Mónica Flamm, solicitaron la autorización para su publicación en España y realizaron la traducción al castellano. La editora Maite Canal aceptó el reto de publicarlo en 1998. La edición española se realizó con una subvención del Instituto de la Mujer (entonces dentro del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales), dentro del plan de acción contra la violencia hacia las mujeres.

Desde el Colectivo Escuela No Sexista de Asturias –que entonces tenía su sede en el Espacio Feminista de Oviedo, en la calle Quintana, 20–, preparamos su divulgación y distribución en Asturias, realizando un folleto informativo sobre la necesidad de visibilizar el abuso sexual hacia niñas y niños y concienciar a las personas mayores, y por ende a las pequeñas, de que no se puede consentir ningún abuso. El folleto (una hoja suelta que insertamos en cada ejemplar que se distribuyó) iba dirigido fundamentalmente al profesorado y madres y padres, en él se señalaba cómo el abuso sexual se produce en mayor medida en el entorno cercano, en situaciones de confianza y proximidad y se sostiene prolongadamente con una planificación estudiada.

Nuestra compañera Begoña Sánchez González, fallecida en junio, cumpliría 69 años y queremos recordarla trayendo a la memoria un libro pionero en la prevención de los abusos a menores

El abuso sexual a menores es siempre una experiencia dolorosa para las criaturas que a Begoña, como feminista y docente, preocupó siempre.

Se trata de cuento breve y sencillo que ilustra, con imágenes y poco texto, aquello que puede ser placentero y también lo que significa una invasión del cuerpo y el espacio personal, así como situaciones desagradables para niños y niñas. Desde el colectivo se impartieron talleres y charlas para su presentación en distintos ámbitos educativos, donde se mostraba su uso como una herramienta para facilitar la aproximación, ante una sospecha de abuso, y desvelar si un niño o una niña podría estar en esa situación. En el trabajo con niños y niñas se trataba de pensar sobre el derecho a la libertad de aceptar un beso o no y, sobre todo, a diferenciar de manera sencilla los besos y las actitudes cariñosas. El derecho a no querer recibir un beso o un abrazo y a poder decir no se expresa en el libro con una gran mano abierta, de stop, y un no.

El libro inicia el recorrido de su contenido en positivo: los besos de buenas noches, las actitudes cariñosas y amistosas, las situaciones placenteras y de justa correspondencia. Para continuar especificando que “también hay besos que dan sensaciones raras, a veces incluso asco”, besos agresivos, que invaden nuestro espacio. Llegando a la conclusión con una pauta: “Si la sensación del beso no es agradable, puedes decir que no y puedes decidirlo tú”. Finalmente se resalta el recurso a contar, a comunicarse, a compartir, a pedir ayuda. El relato pretende llevar a quien se encuentra en una situación no deseada a hablar de ello y, sobre todo, a que debe saber que lo puede hacer.

Como decíamos en la guía de presentación, saber hace fuerte, una máxima para Begoña Sánchez y las compañeras del colectivo. El libro es una denuncia del abuso e insta a pedir ayuda y a compartir para erradicarlo.

Con la reseña de este libro que fue pionero en la forma de abordar los abusos a niñas y niños a finales del siglo pasado, queremos, además de recordar y reconocer el trabajo de Begoña S., dar la bienvenida al centro de crisis para el apoyo a las víctimas de violencia sexual, que comienza su andadura en Asturias este 25 N, un recurso largamente demandado y esperado. Ni una víctima sin ayuda y ni una agresión sin respuesta.