Qué duro puede resultar a veces intentar ser una estrella de rock. No siempre hay fans locos a la puerta de un hotel, ni paparazzi esperando la exclusiva, ni dinero a espuertas tras ganar un disco de oro. Pero solo intentarlo puede merecer la pena. Porque las noches de locura, la diversión, la risa y las ganas de vivir están aseguradas en el camino. Eso pensaron Pablo y Marieta, una pareja bohemia hasta la coronilla de una vida de oficinistas en Madrid, que con lo puesto pusieron rumbo a Los Ángeles para convertirse en estrellas. Cuenta su historia la simpática película “Subterranean”, con los propios protagonistas interpretando sus propios personajes. El film se mueve constantemente entre la realidad y la ficción, pero la historia es verdad como la vida misma. Y funciona porque Pablo y Marieta logran transmitir en todo momento. Beben, se meten de todo, discuten y se divierten con un perro al que le encanta la cerveza. No quieren volver. La película quiere mostrar que lo importante en la vida es afrontarla con pasión. La de Pablo y Marieta es la música. Puede que no tengan mucho éxito, puede que el gran público no los entienda, pero allí estarán. Al menos, hasta que el cuerpo aguante.