Un corto que “no narra una historia de amor, sino de desamor”, ha dado al gijonés Elmer Guevara dos premios en el Festival Internacional de Cine de Gijón, y de paso ha puesto sobre la pantalla un mundo, el del patín, al que ha consagrado su vida y su afición al rodaje en los últimos años.

“Me acabo de enterar, es una pasada”, aseveraba ayer Guevara a las puertas del Jovellanos tras la lectura del palmarés y con su inseparable patín en la mano. “$till Hungr¥”, su primer corto “con un poco de tiempo para su grabación” es el primer trabajo con el que se presentaba al certamen, y con el que se ha llevado el premio al mejor corto asturiano, junto un premio a la distribución de Laboral Cinemateca.

Con ello el jurado ha premiado una historia que refleja luchas que van desde “pasar hambre, tener poco dinero, sin material de patín, y cómo nos estuvimos pasando tablas usadas para poder seguir patinando”, relata. Además, lanza una mirada retrospectiva al mundo del patín no exenta de nostalgia, a los años en que en Gijón “patinaba muchísima gente”, con la demanda actual de que “el Ayuntamiento nos deje un espacio decente para ello, antes venía mucha gente de todas partes a Gijón por el patín”, recalca Elmer Guevara. Para ello incluso han puesto en marcha una recogida de firmas con las que esperan “que nos hagan caso de una vez”.

Para rodar el corto ganador empleó un total de ocho meses de grabación, con muchos días de lluvia de por medio, y aunque empezó con tres personas, “acabamos siendo 14 en el proyecto”. Por eso ayer estaba “contentísimo”, y “ya estoy pensando en lo próximo que haré, aunque ahora estoy buscando un trabajo, sin trabajo no puedo invertir en mis proyectos”, afirma.

Este el primer trabajo de mediana duración del joven, de 26 años, que se estrena así como director y cámara con esta pieza audiovisual para ver la escena de skateboarding en Gijón de una manera retrospectiva.