Los tópicos sobre la violencia de género también matan. Según los expertos, tal y como revela la Guía para la prevención y actuación ante la violencia de género elaborada por el Principado, desclavar del diccionario las coletillas recurrentes que minimizan el impacto de este gran problema social es fundamental para su erradicación. La mejor fórmula para ello, dice el texto editado por el Instituto Asturiano de la Mujer, es desmontarlos desde la educación.

Justificar la agresión por alcohol o droga

“Sólo pega a su mujer cuando está borracho o drogado. Es por ello que se vuelve agresivo”. Éste es uno de tópicos que trata de minimizar la culpabilidad del agresor. Uno de muchos que, tal y como revela la Guía para la prevención y actuación ante la violencia de género, viene a alejar al agresor de su responsabilidad. El texto subraya que nada más lejos de la realidad: “La agresión no viene de sustancias externas, la agresión nace en la ideología interna del individuo”.

Achacar la violencia de género a aspectos culturales

“La violencia de género es cosa de inmigrantes y personas con pocos recursos”. Otro clásico que la Guía para la prevención y actuación contra la violencia de género desmiente. “La violencia de género no va por barrios. Va por ideologías que incluyen la violencia como recurso para solucionar problemas personales y afectivos. Las violencias machistas no son de la pobreza, es de todo tipo de cuentas bancarias, porque es un mundo simbólico violento y machista el que la sustenta”, explica el texto.

"Ella sabrá lo que hace"

“Si le pega y aguanta y no denuncia es porque quiere. Ella sabrá lo que hace”. Uno de los ejemplos más recurrentes que, además, se utiliza para obviar este tipo de problemas en terceros. Nuevamente, la Guía para la prevención y actuación contra la violencia de género tumba este argumento, totalmente invalido y carente de sentido: “La mujer no aguanta porque quiere. Sigue sometida a la violencia porque no le queda otra salida, porque no comprende lo que está pasando, porque sigue creyendo que él cambiará, porque siente vergüenza de la situación, porque cree que pueda ser mejor para sus hijos...”.

"Siempre saludaba"

“Parece mentira que la haya matado. Parecía muy buen hombre, siempre saludaba”. Otro ejemplo recurrente que puede verse en cualquier televisión tras un asesinato machista cuando se pregunta a los vecinos por lo ocurrido. Y, nuevamente, una falsa convicción que no hace sino minimizar la problemática. “El maltratador no muestra su violencia a sus amistades ni a su vecindario. Su violencia tiene un único objetivo: la sumisión absoluta de su pareja o la venganza sobre su expareja”, recuerda el ya citado texto.

"Algo habrá hecho ella"

“Algo habrá hecho ella también. Es muy provocadora”. Este es, quizás, uno de los peores tópicos, pues culpa a la víctima de ser precisamente eso, víctima. “Lo que ocurre es que el machista usa la violencia para corregir unos comportamientos que, según sus criterios, mella su autoridad sobre la mujer y, por lo tanto, sobre su masculinidad violenta y dictatorial”, señala la guía.

El mito de las denuncias falsas

“Muchas denuncias por violencia de género son falsas”. Muy extendido en los últimos tiempos e, incluso, avalada por algún partido político, este es uno de los tópicos de moda en las redes sociales. Tiene otras variantes como “el amigo de mi cuñado estuvo en la cárcel por una denuncia falsa de su mujer” o “la ley actual protege a la mujer y criminaliza al hombre”. En relación a los falsos procesos judiciales, hay que apuntar que según datos oficiales sólo el 0,4 por cientos de las denuncias interpuestas han resultado ser falsas. Sobre el resto, la guía es meridianamente clara: ni hay leyes que perjudiquen a los hombres ni es posible que alguien entre en prisión sin una sentencia condenatoria –o de manera preventiva, pero siempre por mandato judicial–.