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Los Museos Vaticanos abren su puerta al pintor Luis Acosta, asturiano de adopción

El artista, cuya infancia y juventud transcurrieron en Asturias, cede a la Santa Sede un gran díptico de una panorámica de la catedral de Toledo

Luis Acosta posa ante sus obras; a la izquierda, el cuadro de la catedral de Toledo que ha donado a los Museos Vaticanos. | LNE

Llegada la madurez, Luis Acosta anda buscando el mejor acomodo posible para sus cuadros. Nació en Mijares, en la provincia de Ávila; emigró con sus padres a Asturias siendo un niño y aquí vivió hasta entrado en la treintena. Tiene hermanos en Gijón y en Avilés, mantiene una estrecha relación con los artistas y profesionales del circuito asturiano de las artes plásticas y expone a menudo en la región. La última vez que lo hizo fue hace un año, en la Feria de Arte Contemporáneo de Oviedo, de la mano de la galería ATM de Gijón. Desde hace 35 años reside en Toledo y es precisamente la catedral de esa ciudad la que protagoniza el cuadro que, en apenas unos días, se incorporará nada menos que a la colección de arte moderno de los Museos Vaticanos.

Pocos asturianos han tenido ese privilegio: Nicanor Piñole, Joaquín Vaquero Palacios y su hijo Joaquín Vaquero Turcios con seguridad. El cuadro de Acosta, “Catedral de Toledo”, es un díptico de grandes dimensiones, 2 metros de alto por 2,60 de ancho, está pintado en el año 2012 en acrílico y grafito sobre lino y reproduce, sobre un fondo amarillento, un lateral del templo visto desde la zona del Valle, con la arcada y la cubierta reproducidas con todo detalle.

Acosta reconoce que pintar la majestuosa catedral de Toledo ha constituido para él “todo un reto”. Durante décadas se desenvolvió en el terreno del arte abstracto, aunque hace notar que en casi todas sus obras introducía algún elemento arquitectónico. “Desde el año 2003 fui replanteándome retomar la figuración”, refiere, y para ello recurrió a “iconos arquitectónicos”.

La presentación del cuadro tendrá lugar el próximo 16 de diciembre, en la sede de la Nunciatura Apostólica en España, en Madrid. Inicialmente estaba prevista otra fecha, la del pasado 1 de diciembre, y se iba a encargar de hacerla un asturiano, Javier Barón Thaidigsmann, jefe de conservación de pintura del siglo XIX del Museo Nacional del Prado y buen conocedor del trabajo de Acosta. Finalmente, debido al retraso, ya no podrá intervenir en el acto.

Sí asistirán el nuncio de la Santa Sede en España, monseñor Bernardito Cleopas Auza; el arzobispo de la diócesis primada de Toledo, Francisco Cerro Chaves, y su vicario general, Francisco César García Magán. La mediación de este último ha resultado decisiva para que el Vaticano aceptara la oferta de Luis Acosta. Fue el primero con el que contactó el artista, y él fue quien puso al corriente al arzobispo de Toledo. Ambos mantuvieron conversaciones con Roma, intercambiaron cartas y diversa documentación y, finalmente, los Museos Vaticanos aceptaron la incorporación de la obra de Acosta a sus fondos.

Los Museos Vaticanos, fundados en 1503 por el Papa Julio II, reúnen una extensísima y valiosa colección de arte, que ha ido creciendo a lo largo de los siglos incorporando el arte contemporáneo de cada época.

Ahora Luis Acosta tiene previsto donar a la diócesis de Toledo otro de sus cuadros, también de la catedral de Toledo, pero en una vista frontal, y está inmerso en varios proyectos, que prefiere no adelantar, algunos de ellos en Asturias.

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