Siempre hay una salida a los malos tratos. Hasta cuando una víctima no tiene ni dónde ir ni en quién apoyarse. Hace 20 años, el Principado puso en marcha su Red de Casas de Acogida, una serie de viviendas destinadas a alojar a víctimas de malos tratos y a sus hijos u otros familiares dependientes gestionadas por profesionales. Allí, además de un lugar del que escapar y poder recomponerse, las mujeres reciben también asesoramiento para tratar de poner fin a esa violencia doméstica. Según datos del Principado, el año pasado atendieron a 560 personas, la cifra más alta de las últimas dos décadas.

De las 560 personas atendidas a lo largo de 2019, 272 eran mujeres, 283 hijos y 5 eran personas a cargo de ellas. Respecto al año anterior, estas cantidades suponen un aumento del 11,9% en mujeres atendidas y del 32,9% en menores. Éste fue, además, el primer año desde la apertura de la Red de Casas de Acogida en el que el número de menores atendidos superó al de mujeres.

Una de las principales incógnitas este año es saber cómo evolucionarán las cifras de casos de violencia machista en este 2020 de la pandemia, con su confinamiento domiciliario y demás restricciones. Tal y como explicaba a este periódico Yoanna Magdalena, coordinadora de la Red de Casas de Acogida, confían en cerrar el ejercicio con un balance “estable” en cuanto al número de atenciones, pese a que reconoció que durante el confinamiento de marzo hubo momentos en los que los teléfonos de asistencia “no paraban de sonar”.

La Red de Casas de Acogida está formada por un conjunto de viviendas y pisos tutelados que sirven de alojamiento a las mujeres y sus hijos (y, en algunos casos, a otras personas dependientes de ellas), en situaciones de emergencia de vivienda. El alojamiento se acompaña de programas personalizados de recuperación e inserción y de actividades dirigidas a sus hijos. Para acceder a una de estas viviendas no es necesario presentar una denuncia de maltrato.

El primer alojamiento de la red fue la Casa Malva de Gijón. Cuenta con 30 pisos y una superficie total de 3.500 metros cuadrados. Estas instalaciones acogen, además, la centralita telefónica de la red, en la que también se presta servicio a las víctimas. Durante la pandemia recibieron 150 demandas de ayuda. Además, se aprobaron 41 ingresos en estas viviendas. 

Desde el Instituto Asturiano de la Mujer piden concienciación a la población para que, por un lado, tengan más comprensión con las víctimas de violencia de género, y también para que colaboren con ellas. Asimismo, se quiere mandar un mensaje de confianza a quienes padecen esta lacra social y recordarles que no sólo no están solas, sino que tienen a su disposición una salida rápida y eficaz para tratar de solventar estos problemas.