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Mónica Dixon | Pintora, acaba de inaugurar en Oviedo la exposición “Espacios detenidos”

Mónica Dixon: “Estoy llevando lo figurativo al borde, al precipicio”

“Pintaba figuras pero fui quitando cosas y dejándolas atrás, vi que lo que me interesaba era la luz y cómo transita por el espacio”

Mónica Dixón. Julián Rus

Mónica Dixon (New Jersey, Estados Unidos; 1971) es una maestra del espacio y la luz. Su manejo constituye para ella un reto técnico y es resultado de una reflexión interior, sobre los laberintos existenciales. Su obra más reciente puede contemplarse hasta el 5 de febrero en la exposición “Espacios detenidos”, en la galería Guillermina Caicoya de Oviedo. En breve, uno de sus cuadros, “No easy way out”, colgará en las salas del Museo de Bellas Artes de Asturias.

–“Espacios detenidos”, ¿qué evoca en ese título?

–Es lo que aparece en los cuadros, espacios detenidos por la luz, silenciosos, que son un cobijo. Es lo que estamos viviendo ahora, que estamos detenidos en el tiempo. Es un título sugerente.

–Su obra es muy reconocible y, al mismo tiempo, todos sus cuadros son muy distintos.

–Están basados en el mismo concepto: el espacio vacío, los no lugares. Marc Augé ha escrito mucho sobre ello. Es la luz la que hace que sean diferentes y la que da a cada uno su personalidad. Investigo a través de la luz y salen estas geometrías, que crean a su vez como otra nueva realidad. Están al limite entre la figuración y la abstracción.

–Ha introducido el color.

–Por ir un poco más allá. Me apeteció meter una esfera, y con color, o un tabique de color. Me gustaba la idea de romper de cara a esta exposición, que está muy medida para el espacio de la galería. No hay ninguna casa solitaria esta vez, quería una exposición sobria y potente, y estoy muy contenta.

–¿Se ve llenado de colores sus cuadros en el futuro?

–En las casas solitarias empleo otra gama de colores pero los interiores siempre lo veo como avanzando de la oscuridad a la luz, pero hay mucha degradación en los negros y los grises, y muchos matices. Siempre uso brocha y pincel, jamás utilicé espray ni pienso hacerlo. El dibujo muy técnico, y solo hay acrílico, agua, brocha y pincel.

–Nunca pinta personajes.

–Hubo una época en la que metía alguna figura pero fui quitando cosas y dejándolas atrás, hasta llegar aquí. Llevo años trabajando con el interior, pero al principio estaba lleno de enseres. Luego vi que lo que me interesaba era pintar la luz y como transita por los lugares. Todos estamos rodeados de geometría, y no nos damos cuenta.

–¿“Espacios detenidos” es el producto de este año?

–Todo es obra nueva, reciente, del último año. Por suerte o por desgracia tengo el estudio en mi casa y eso me permitió seguir trabajando, la soledad y el silencio me motivo más.

–Hay más que geometría.

–Está el concepto zen de espacio vacío, de no lugar. Tiendo a exagerar, y los cuadros parecen casi abstractos. Me gustaría que mi obra invitase a la reflexión, sobre la vida que llevamos, al silencio, a pararse un poco, imaginar que uno está ahí dentro, cobijado, a filosofar sobre el espacio y hacia dónde vamos. Mi arte es figurativo, no hay que descifrar nada, solo hay que mirar. Estoy llevando lo figurativo al borde, al precipicio.

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