La cultura hoy se ha convertido en un hecho evanescente; todo es cultura, desde un cuadro de Mondrian a una canción”. Lo dijo ayer, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA digital, el periodista y crítico Rubén Amón, quien reflexionó sobre la cultura, dentro del ciclo “La huella del tigre”, organizado por Tribuna Ciudadana.

Amón, melómano y taurino, que ha colaborado con periódicos españoles y extranjeros, aseguró que el arte taurino “hace acopio de una estética extrema y es de lo más transgresor, contrariamente a la imagen de los toros que impera”, explicó el periodista, que fue presentado por Arturo Téllez, jefe de informativos de Onda Cero Oviedo, y Javier Gámez, directivo de Tribuna Ciudadana. Amón, apasionado del baloncesto –confesó que sus únicos fetiches son Michael Jordan y J. S. Bach– definió a los toros como “una coreografía entre Eros y Thanatos”. Consideró que el artista “debe ser de todo menos ejemplar” y expreso su temor a que a este paso se acabe retirando el Guernica del Museo Reina Sofía. “La verdad es que me cuesta mucho trabajo meter en el mismo saco a Wagner y a Bisbal”, recalcó Amón, hijo del profesor, poeta y crítico Santiago Amón, del que según dijo aprendió la sensibilidad. “La cultura hoy carece de centros de gravedad; tiene que ver con este concepto de la sociedad del espectáculo ”. Rubén Amón se mostró crítico con la fiebre por los museos que invade a los españoles. “No tiene sentido ir al Louvre a hacerse una foto con la Gioconda”, concluyó