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Hoy es siempre todavía || Ana San José | Auditora financiera en Londres

“Con el brexit nuestra ventaja de expatriados es que tenemos un lugar adonde volver”

“Di a luz el día de inicio del segundo confinamiento y la crianza –todo el día en casa y una salida al parque– se le parece”

La auditora financiera Ana San José.

Ana San José (Santander, 1986) es auditora financiera senior manager en Enst and Young, en Londres. Hija de cántabros, un bancario y un ama de casa, se crio en Oviedo desde los 3 años. Estudió en el colegio Auseva y cursó Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Oviedo. Vive en Londres desde 2010.

–Estoy en un momento muy bueno. He tenido una niña hace dos meses, Julia, que planificamos naciera en el momento adecuado.

–Justo antes de una pandemia mundial.

–A finales de 2019 empezamos a pensarlo y supe que estaba embarazada a finales de febrero.

–¿De haber sabido lo que iba a saber dos semanas más tarde?

–Si no hubiera quedado embarazada, quizá lo habríamos reconsiderado hasta ver cómo evolucionaban las cosas, pero no me eché para atrás ni me sentí insegura.

–Ahora mismo vive el tercer confinamiento.

–El segundo confinamiento empezó el 6 de noviembre, el mismo día que di a luz. Esa semana estábamos preocupados de si dejarían entrar a mi pareja al parto, pero pudo hacerlo y salió todo genial. Por otro lado, con un recién nacido la vida es muy similar a estar confinado: estás 24 horas los 7 días en casa y lo más que sales es a dar una vuelta al parque.

–¿Y el primer confinamiento?

–Vi el lado positivo: te encuentras cansada, no te apetece socializar y estar en casa me vino bien. El inconveniente fue no haber tenido algo más de apoyo social y familiar y que debía ir sola a los seguimientos médicos, como pasaba en España. Al trabajar desde casa tanto mi pareja como yo, lo bueno era que podíamos comer y estar todo el día juntos. Lo malo era cómo sacar el trabajo adelante.

–¿Por qué escogió su carrera?

–No por vocación. Soy práctica y quise una carrera que me diera más salidas laborales. Al acabarla, en 2008, me ofrecieron trabajó en Price Waterhouse, en Oviedo.

–Entró a trabajar en plena crisis financiera.

–Muchos negocios lo pasaron bien en la crisis de 2008. Nunca me faltaron proyectos en las empresas en las que he trabajado y en una auditoría financiera en una crisis financiera tienes más que investigar que cuando las cosas van económicamente bien.

“En las ‘Big four’ trabajas mucho muy joven por la recompensa del progreso rápido”

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–¿Pensaba salir de Oviedo?

–Siempre tuve ganas de vivir en el mundo y ver cómo me integraba. Durante la carrera pensaba hacer un “Erasmus”, que no pudo ser.

–¿Qué la llevó a Londres?

–Mi pareja, Paulino López Fernández, a quien conocí en la carrera, vino a unas prácticas de verano en una empresa de inversión. Tenía fecha límite, pero cuando las acabó le ofrecieron un puesto de trabajo. Hoy dirige la empresa. Yo tenía la oferta de trabajo en Oviedo y, pese a las ganas de marchar, no quise renunciar a ella en una crisis e hicimos el esfuerzo personal de mantener la relación a distancia. Cuando tuve dos años de experiencia decidí intentarlo aquí.

–¿Qué condiciones tiene para la crianza en su empresa?

–Tengo la posibilidad de un año de baja maternal, con un acuerdo, sin cobrar el cien por cien, claro. Me reincorporaré en noviembre de 2021. Entre el confinamiento y la baja de maternidad cumpliré casi dos años sin pisar la oficina. ¡Quién me lo iba a decir el último día que fui a trabajar allí!

–¿Puede afectar a su crecimiento profesional esta baja?

–No creo que sustancialmente. He llegado a un nivel en que las progresiones en la empresa van más despacio porque el número de directores y socios es el que es. Cuando vuelva ya no podré dedicar un 120% al trabajo, porque tendré otras cosas que hacer en casa, pero creo que no me afectará más allá de donde quiera yo. En las “Big four” (“las cuatro grandes” es como son conocidas las firmas más importantes del mundo en el sector de la consultoría y auditoría) trabajas mucho de muy joven en la idea de la recompensa de progresar relativamente rápido, aunque con las crisis no ha sido tan rápido.

–¿Se parece tener un hijo a lo que imaginaba?

–Me sorprende muchísimo cómo, antiguamente, tener un hijo se entendía como lo que tenías que hacer, todo eran maravillas y no te podías quejar de los inconvenientes y, recientemente, la conversación ha cambiado al lado opuesto. Cuando estás embarazada todos los amigos te dicen que no vas a dormir y se te van a acabar la libertad, los viajes, la vida social... La gente es muy específica para lo malo y solo añaden el “pero es maravilloso”. No lo diré muy alto porque llevo dos meses de experiencia, mi hija es sana y duerme muy bien, pero no es para ponerlo tan feo. Yo me veo viajando con ella y haciendo las mismas cosas. Si tienes apoyo familiar, mejor.

–¿Cuánto hace que no vienen a España?

–De lo que más notaba durante el embarazo era la necesidad emocional de estar cerca de mi padre, Mariano; de mi madre, Celia, de mi hermana, que también se llama Celia, y de mis amigas. Al acabar el primer confinamiento, en la primera semana de julio, nos pareció que era el momento. Fuimos 10 días a Oviedo y fue genial.

–¿Con el brexit pensaron en regresar a España?

–Nunca lo consideramos porque pensamos que encontraríamos la manera de arreglarnos. Nuestra ventaja de expatriados es que tenemos a donde volver. No así a los británicos si el brexit sale mal.

“Lo peor del brexit es la incertidumbre, y perjudica más a las empresas”

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–¿Tienen pasaporte británico?

–No lo hemos querido pedir, pero sí el “settled status”, que asegura a los ciudadanos europeos que llevaban más de 5 años en el país que mantendrán los mismos derechos que antes del brexit. Es un permiso de residencia.

–¿Qué inconvenientes tiene?

–No soy una experta en esto, pero creo que si regreso a España más de tres meses podría perder esa condición y ya no tengo cubierta la sanidad en España, como antes, cuando disponía de la tarjeta sanitaria europea.

–¿Cambios desde el día 1?

–En el Reino Unido les gusta hablar de lo mal que van otros países y en otros países de lo mal que va el Reino Unido. Hay incertidumbre sobre el libre movimiento de personas y mercancías y sobre acuerdos comerciales. Las empresas son las más dañadas porque no les permite planificar ni para el mejor ni para el peor escenario.

–¿Y el virus?

–Hay hartazgo porque no hay previsión de levantar las restricciones de movimiento hasta marzo, pero se habla tanto del número de vacunados como del de enfermos. Ahora hay un problema profundo con el virus, pero para mediados de febrero los grupos de alto riesgo estarán vacunados y el mensaje va a cambiar.

–¿Londres para siempre?

–Me cuesta pensar a más de 10 años porque la vida puede dar muchas vueltas. No tengo el objetivo de regresar a España. Londres nos gusta muchísimo y, en años normales, hay una estupenda comunicación con Asturias: un vuelo directo de hora y media. Así podemos disfrutar de lo mejor de ambos mundos: de la gran ciudad y de la familia, los amigos, la comida, los horarios y el ambiente asturiano.

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