Las 21 obras, cuadros y esculturas, que el coleccionista de arte astur-mexicano Plácido Arango mantenía en usufructo vitalicio tras haber formalizado su donación al Museo de Bellas Artes de Asturias en 2017 llegarán esta tarde a Oviedo. Viajarán por carretera, en dos camiones escoltados. Una vez descargados, permanecerán en sus cajas, en los almacenes, para que se aclimaten a su nuevo entorno. Transcurridas 24 horas, el director del museo, Alfonso Palacio, y su equipo técnico supervisarán la apertura.

Esas obras se integrarán definitivamente en la colección de la pinacoteca regional, como las 12 piezas que se habían quedado en ella tras la exposición en la que se presentó la donación, en 2018, pero antes el Museo de Bellas Artes volverá a mostrarlas todas juntas por última vez, en una exposición que se inaugurará en febrero. Se titulará “Treinta y tres obras maestras del arte español. La donación de Plácido Arango Arias al Museo de Bellas Artes de Asturias” y permanecerá hasta abril en la planta baja del Palacio de Velarde.

La donación de Plácido Arango al Bellas Artes es un excepcional recorrido por la historia del arte español, que se extiende desde el siglo XV hasta el XX. La obra más antigua, “Virgen con el Niño y Santa Ana”, de Juan de la Abadía el Viejo, data de 1485, y la más reciente, “Balcony with two figures”, de Juan Muñoz, de 1992.

Dieciocho de los artistas que se incorporan con ella al museo permanecían inéditos en sus colecciones; cuatro estaban representados con depósitos, y seis ya figuraban en los fondos. La entrada en el museo de esos fondos constituye “un acontecimiento histórico” para Asturias, según su director, y, además de enriquecer sus fondos de forma exponencial, repara algunas lagunas de la pinacoteca regional.

La exposición que se inaugurará en febrero será distinta de la que se montó en 2018 para presentar la donación. Tendrá una nueva museografía y un nuevo folleto de mano, y habrá una puesta al día de las obras. En torno a ella se programarán diferentes actividades, para adultos y niños. Cuando acabe y se desmonte, todas las obras se diseminarán por las salas del museo integrándose en su colección permanente.

Además de para mostrar los nuevos fondos que se incorporan al museo, la exposición quiere servir como reconocimiento a la generosidad de Plácido Arango, fallecido en febrero del año pasado, y su familia.