Javier Riera (Avilés, 1964) es el artista asturiano que el Museo de Bellas Artes de Asturias ha invitado a presentar un proyecto específico de arte contemporáneo. Será en el mes de julio cuando se inaugure la exposición del avilesino, que empezó su trayectoria como pintor hasta que en el año 2008 dio un giro a su obra y empezó a intervenir fotografías de pasajes, que presentó por primera vez en el Reina Sofía.

Javier Riera, formado y con estudio en Madrid, trabaja con proyecciones de luz con formas geométricas, directamente sobre la vegetación y el paisaje, y sus creaciones conectan con el Land Art. Usa las fotografías como registros, sin manipularlas digitalmente, y lleva a cabo intervenciones reales sobre el paisaje, jugando con las coordenadas espacio-tiempo.

En 2008 presentó la exposición “Noche áurea” en el Reina Sofía. En 2010 visitó el Barjola de Gijón con “Secuencias”; en 2015, el Centro Niemeyer con “Luz vulnerada”; pasó por el Musac, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, en 2015. Ha llevado a cabo intervenciones puntuales para Photoespaña –en cuyo máster ejerce la docencia–, en el Musac o el CAB de Burgos, en los Jardines del Turia en Valencia, en los de la Florida en Vitoria, en los de Bonaval anexos al Centro de Arte y en el Jardín Botánico de Madrid. Esta última, dentro del programa “Luna de Octubre”, recibió más de 6.000 visitantes. También ha intervenido en lugares como Annecy (Francia) y en el Karlovo Námestí Park, de Praga.

El asturiano tiene obra en la colección del Centro de Arte Reina Sofía, en la de la Fundación Cajamadrid, en la de la Fundación Princesa de Asturias, en la Colección Banco de España, en DA2 Domus Artium y en la de la coleccionista privada Pilar Citoler.

En Asturias trabaja con la galería Gema Llamazares, de Gijón, donde en 2018 presentó la muestra “Una creciente transparencia”. En 2014 presentó su primera exposición en su ciudad natal, en el Centro Niemeyer, “Luz vulnerada”, en la que intervino con proyecciones en las paredes curvas interiores y exteriores de la cúpula del complejo. El Niemeyer adquirió una de las fotografías de Riera para cederla al Museo de Bellas Artes de Asturias, de cuya colección forma parte desde entonces.