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Los transexuales asturianos piden amparo legal: "Nosotros no elegimos ser discriminados ni ser excluidos del trabajo"

Mujeres Progresistas de Asturias cuestionan la nueva ley que impulsa Podemos y pide “prudencia, técnica jurídica impecable y escucha”

Bandera arcoiris, símbolo del orgullo LGTBI.

Hay muchas expectativas puestas en la ley Trans que el Ministerio de Igualdad se trae entre manos. Las personas que transitan ese camino confían en que la futura legislación suavice un proceso que, a día de hoy, les obliga a pasarse dos años, como mínimo, justificando su identidad sexual por las consultas médicas y psicológicas y en despachos de funcionarios no siempre receptivos. El asturiano Mané Fernández, vicepresidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), sostiene que “la transfobia social hace que el proceso sea largo, duro y difícil, por eso necesitamos amparo jurídico”.

Mané Fernández

La Federación participa activamente en la redacción del proyecto de ley y Mané Fernández asegura que “tendrá suficiente peso jurídico para que no se den situaciones de abuso ni se vulneren los derechos de otros colectivos”, aunque Blanca Esther Aranda, la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas de Asturias no lo tiene tan claro. Ella se alinea con la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y aprecia “muchas lagunas jurídicas” en el documento filtrado esta semana. “Las personas trans quieren, con toda legitimidad, tener una ley que las ampare, pero hay que ser muy cuidadosos”, advierte. Su máxima, en este caso, es “prudencia, una técnica jurídica impecable y mucha escucha”.

Pese a las discrepancias que ha desatado, entre los socios de Gobierno y en el cierto sector del feminismo, en el colectivo trans hay un sentimiento general de satisfacción. “Hay líneas rojas en las que no vamos a ceder, como la autodeterminación y la despatologización, aunque hay que seguir negociando; tampoco vamos a renunciar al reconocimiento de las personas no binarias y a que se recojan los derechos de los menores”, asegura Mané Fernández.

“Hay líneas rojas en las que no vamos a ceder: la autodeterminación de género y la despatologización”

Mané Fernández - Vicepresidente de FELGTB

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Yosune Álvarez, coordinadora de Xega, la Asociación asturiana de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales, asume los presupuestos de la Federación Estatal, de la que forma parte. “Lo más importante es que recoge la autodeterminación de género”, destaca. Eso, en la práctica, supone, según explica, que ya no es imprescindible pasar por la consulta de un psicólogo que certifique disforia de género –incongruencia entre el sexo de nacimiento y la identidad sexual– ni someterse a un tratamiento de hormonación. “Mucha gente considera que la hormonación no es necesaria para su identidad de género, y la nueva ley abre espacio para que cada individuo viva su proceso como quiera”, indica.

Marián Lago.

La cuestión trans, como reconoce Blanca Esther Aranda, tiene “muchas aristas y profundidad” y resulta “tan compleja que, al hablar de ella, es fácil herir los sentimientos de las personas”. Por eso, dice, hay que extremar la prudencia. “Hay que apoyar a toda las personas en el proceso, por supuesto, pero un deseo no es un derecho, como ocurre con los vientres de alquiler, y yo tengo miedo en la forma jurídica que se le dé a todo ello”, explica.

Marián Lago, la presidenta de DISEX, una asociación que reivindica la diversidad sexual y de género, aclara que “el género no se elige; una persona trans no elige ser trans, ni elige sufrir agresiones ni ser discriminada laboralmente”. Con esa afirmación desmiente el discurso del PSOE, que a su modo de ver, parece dar a entender “que iniciamos este proceso porque nos aburrimos”. Lago se alegra de que, por lo que ha trascendido, la futura ley trans atienda “la realidad y el día a día de las personas trans”, sus problemas concretos. La teoría le importa menos. “Siempre que se habla de la ley trans se habla de la teoría queer. Yo soy trans y nunca he leído nada de la teoría queer; son eso, teorías, la realidad es que las personas trans estamos excluidas del ámbito laboral, que hay un 85 por ciento de paro entre el colectivo”, comenta.

“El género no se elige; una persona trans no elige serlo, ni elige ser agredida ni discriminada laboralmente”

Marián Lago - Presidenta de Disex

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Yosune Álvarez también incide en la confusión entre la transexualidad y la teoría queer, que dice percibir en las argumentaciones de las feministas que cuestionan la ley. “Las personas trans son binarias, la teoría queer sostiene que el género no existe. El feminismo lo confunde. Yo invitaría a las feministas a que se sentarán a charlar y a escuchar las experiencias de mujeres transexuales”, apunta.

“Las personas somos diversas y esta realidad ha existido siempre. El desajuste lo tenía la sociedad que hasta ahora no era capaz de ver esas diversidades. Eso es lo que tiene que hacer la sociedad, ajustarse. Las leyes tienen que servir para eso, para garantizar derechos y proteger a la ciudadanía y la ciudadanía en situación de transexualidad necesita de leyes y protocolos que la protejan”, afirma Ana Fernández, la responsable de la Asesoría de Transexualidad de la Consultoría Sexológica de Avilés y miembro del Grupo de Transexualidad de la Asociación Española de Profesionales de la Sexología.

“Con todo el sufrimiento que suele acarrear a estas personas tener que defender su identidad cuando el resto de la sociedad no la ve, o simplemente no les cree, ya nos tendría que bastar para entender que ello no es ningún capricho”, afirma Ana Fernández, que es profesora de Secundaria y conoce de primera mano la experiencia de muchos adolescentes que atraviesan esa situación con familias que les niegan, profesores que no les comprende y acosados por sus compañeros.

Asturias tiene pendiente su propia ley Trans, uno de los compromisos del Gobierno del Principado para esta legislatura.

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