La Iglesia Católica inmatriculó en Asturias un total de 549 bienes desde 1998. Así se desprende del listado remitido ayer al Congreso en el que se recogen las propiedades que la institución religiosa ha registrado a su nombre y que en toda España ascienden a 34.961. 

En el Principado la Iglesia ha registrado a su nombre cientos de terrenos, iglesias, capillas, ermitas, cementerios o fincas. Destacan en el listado, que se puede consultar íntegramente en la edición digital de LA NUEVA ESPAÑA, el convento de Las Clarisas, en Villaviciosa, o iglesias como la de San Lorenzo, en Gijón; la basílica de San Juan el Real y la iglesia de Santa María la Real de la Corte, en Oviedo, o San Nicolás, en Avilés. En Oviedo también aparece en el listado el antiguo seminario, hoy casa sacerdotal. 

Puedes consultar aquí la lista completa de los bienes inmatriculados en Asturias

La iglesia ha puesto a su nombre propiedades en prácticamente todos los concejos asturianos, desde pequeñas ruinas o huertos hasta importantes bienes en las grandes ciudades del Principado. De todas esas propiedades que el clero ha registrado a su nombre en los últimos años en Asturias, 379 son templos y dependencias complementarias y 170 se inscriben en el capítulo de “otros”. Un total de 517 tienen título de certificación eclesiástica y 32 tienen otro tipo de catalogación.

Entre los bienes nacionales más destacados que la Iglesia ha inmatriculado desde 1998 se encuentran la Mezquita de Córdoba, la Giralda y la Catedral de Sevilla, y las catedrales de Zaragoza, Valladolid, Granada, Jaca y Málaga.

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo, señaló ayer que, a partir de la publicación de este listado, cualquier persona física, jurídica o administración pública que discrepe puede reclamar alguno de estos bienes, ya sea por “vía administrativa”, para que la Administración General del Estado abra la investigación correspondiente, o por “la vía de los tribunales”.

“Recuperando”, la coordinadora estatal para la recuperación del patrimonio inmatriculado por la Iglesia Católica, que agrupa a una veintena de colectivos, considera un “absoluto insulto” y una “gran trampa” que haya que reclamar en los tribunales.

La ley Hipotecaria de 1946

Inmatricular es inscribir algo por primera vez en el registro de la propiedad, una definición que la RAE incluye en la última versión de su diccionario, y que suele aplicarse con frecuencia a numerosos inmuebles que fueron inscritos en virtud de una ley formulada en 1946. Uno de los artículos de la norma quedó anulado en el año 2015, pero su inhabilitación no tuvo carácter retroactivo con los edificios ya inmatriculados. En 1946 una reforma de la ley hipotecaria otorgó a la Iglesia la misma autoridad para inmatricular que a cualquier otra administración pública. Hasta 1998 esa capacidad no afectaba a los lugares de culto.

La situación cambió con otra modificación de la norma, realizada en uno de los gobiernos de José María Aznar, una medida que también levantó una amplia polvareda.

Las asociaciones laicistas consideran, y han venido denunciando, que la Iglesia puso a su nombre miles de bienes inmuebles simplemente enviando a un representante del arzobispado a comparecer en el registro con un papel firmado por un arzobispo, alegando que esos inmuebles habían sido propiedad de la Iglesia desde tiempos inmemoriales. El pasado mes de marzo la consejera de Cultura, Berta Piñán, compareció en la Junta General del Principado y negó que hubiese constancia de la inmatriculación de los inmuebles del Prerrománico.

La consejera aportó entonces una lista procedente del Colegio de Registradores de la Propiedad en agosto de 2018, en la que figuraban 26 bienes. Ante la posterior aparición de otra presunta lista, el Principado se comprometió a estudiar el asunto.