El poeta, novelista, ensayista y traductor polaco Adam Zagajewski falleció ayer en Cracovia a los 75 años de edad. La Fundación Princesa de Asturias, que en 2017 reconoció su trayectoria otorgándole el galardón de las Letras, difundió la noticia ayer, a última hora de la tarde, a través de sus redes sociales. Zagajewski fue uno de los grandes poetas contemporáneos polacos, uno de los exponentes de la denominada Generación del 68 o de la Nueva Ola, formada por autores con una obra políticamente comprometida.
En octubre de 2017, cuando viajó a Oviedo para recoger el premio que le otorgó la Fundación Princesa de Asturias, fue celebrado con carteles en las calles con un texto de “En la belleza ajena”, libro que está considerado como su obra maestra. El poeta tuvo ocasión de visitar la Biblioteca Ramón Pérez de Ayala, en Oviedo, y ojear el manuscrito de “La Regenta” de Clarín. En aquella ocasión, declaró que “la poesía ya no es la mejor arma de oposición: hay que salir a las calles de forma pacífica”. A aquellas alturas, Zagajewski ya se consideraba “demasiado mayor para volver a la poesía reivindicativa”. En el poemario “Plotno”, que vio la luz en 1990, había evolucionado hacia la contemplación poética, lejos de la combatividad de sus primeras obras.
Adam Zagajewski nació en 1945 en Lviv. En los años 60, fundó el grupo de poesía “Teraz (Ahora)”, junto a otros grandes escritores polacos como Julian Kornhauser, Stanisław Stabro, Jerzy Kronhold, Jerzy Pitkowski y Wit Jaworski. Zagajewski creó dos de los principales lemas de la Generación del 68: “Powiedz prawde (Di la verdad)” y “Mow wprost (Habla claro)”.
Colaboró también con la revista clandestina “Zapis”, uno de los principales medios de la oposición democrática polaca.
En 1972 publicó su primer poemario, “Komunikat”, al que siguió la novela “Cieplo zimno (Caliente y frio)”.
Desde 1982, Adam Zagajewski vivió en el exilio, sucesivamente en Alemania, París y Estados Unidos, y no regresó a su país, para establecerse en Cracovia, la ciudad de su juventud, hasta 2002, con su esposa, la actriz y psicóloga Maja Wodecka.
Fue coeditor de la revista literaria “Zeszyty literackie”, en París, y profesor en la Universidad de Houston y en la de Chicago.
A lo largo de su trayectoria literaria recibió infinidad de premios y reconocimientos. Uno de los pocos grandes galardones que le faltaban era el Nobel de Literatura. Su nombre aparecía todos los años entre los candidatos.
