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Leonor, toda aplomo y sonrisa

La Princesa de Asturias, empática y cordial, demuestra, en su visita en solitario al Instituto Cervantes, su amor por los libros y su interés por la cultura española

Leonor acude al instituto Cervantes en su primer acto institucional en solitario

Leonor acude al instituto Cervantes en su primer acto institucional en solitario ATLAS

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Leonor acude al instituto Cervantes en su primer acto institucional en solitario María José Iglesias

Leonor de Borbón, princesa de Asturias, reconfirmó esta mañana su condición de heredera de la Corona, con una impecable actuación en el acto de celebración de los 30 años del Instituto Cervantes, al que acudió en solitario, acompañada por el director de la entidad, Luis García Montero, y la ministra de Presidencia, Carmen Calvo.

El Instituto Cervantes siempre será muy especial en la vida de la Princesa de Asturias. Allí vivió su primer acto público con sus padres y en ese mismo lugar, la joven de quince años, empática, con una sonrisa constante, delicado aplomo y ciertos toques de timidez, protagonizó hoy su primer acto, aunque seguida muy de cerca por el diplomático ovetense, Alfredo Martínez, jefe de Protocolo de la Casa Real, que estuvo pendiente de ella durante el recorrido por la sede del Instituto, en la calle Alcalá de Madrid.

Dispuesta a agradar y con una espontaneidad que en muchos momentos recuerda más al carácter Borbón que al Ortiz, la Princesa de Asturias dejó claro que asume sus deberes reales con absoluta conciencia del difícil papel que le ha asignado la historia, y que, a la vez, es una adolescente de su tiempo, que utiliza habitualmente herramientas digitales en sus estudios, como la Biblioteca Virtual del Cervantes. Así lo dijo en una de sus intervenciones, en la que también preguntó por la situación de los trabajadores del Cervantes en el exterior, que no han podido visitar a sus familias en España por la pandemia.

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La princesa Leonor preside en el Cervantes su primer acto en solitario Agencias

Especialmente emocionante fue el momento en el que la Princesa depositó en la llamada Caja de las Letras, donde se guardan las grandes obras escritas en español, dos ejemplares de la Constitución y del Quijote que leyó en público. Fue el primer artículo de la Constitución el que, también en la sede del Instituto Cervantes, leyó Leonor el 31 de octubre de 2018, el día que cumplía doce años y se conmemoraba el 40º aniversario de la aprobación de la Carta Magna por el Congreso de los Diputados, en un acto en el que estuvo arropada por la familia real y los titulares de los principales poderes del Estado y en el que por primera vez se pudo escuchar su voz en público. El pasado 23 de abril, Leonor y su hermana, la infanta Sofía, se sumaron a la tradicional lectura de El Quijote, con motivo de Día del Libro. En esa ocasión, debido al confinamiento impuesto por la pandemia, lo hicieron mediante un vídeo grabado en la Zarzuela.

La Princesa, que fue aclamada y aplaudida a la entrada y a la salida del Instituto Cervantes, siguió la línea trazada por su madre, la reina Letizia, y repitió el vestido floral de volantes y aire romántico de la casa española Poète que llevó en octubre en la recepción previa a los Premios Princesa de Asturias. Lo acompañó con los "kitten heels" (zapatos de medio tacón muy fino), de Pretty Ballerinas que también se puso en Oviedo. La melena ondulada, recogida un lado, sin apenas joyas y sin bolso, completó la imagen de la Heredera, que mientras recibía aplausos del equipo del Cervantes, tras la foto de familia, no tuvo reparos en devolverles los aplausos a ellos.

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