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Beatriz Díaz | Soprano, canta con la OSPA hoy en Gijón y mañana en Oviedo

“Me siento una privilegiada por poder trabajar en este tiempo, y además en casa”

“En este momento de parones, de cambios de fechas y de variables, he aprendido a ir día a día”

Beatriz Díaz, en el Auditorio de Oviedo. Irma Collín

La soprano Beatriz Díaz cumple hoy 40 años y lo celebrará como siempre le ha gustado celebrar las cosas, cantando sobre un escenario. La cantante allerana será la protagonista del concierto extraordinario de Semana Santa de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), una cita que cuenta con el patrocinio de LA NUEVAESPAÑA. Será hoy en el teatro Jovellanos de Gijón (19.30 horas) y mañana viernes en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo (19.00 horas). Las entradas cuestan 15 (patio) y 10 euros (anfiteatro y entresuelo).

–Felicidades.

–Gracias. La celebración será un poco ajetreada porque he estado ensayando con la OSPA y esta tarde (por ayer) canto en el Jovellanos de Gijón con la Sociedad Filarmónica. Mañana (por hoy) ensayo de nuevo con la OSPA, concierto por la tarde en Gijón y el viernes en Oviedo. Cuando acabe, sí que lo celebraré con un buen vino.

–¿Qué me dice del programa que interpretará hoy y mañana con la OSPA?

–Estoy muy contenta. Es la primera vez que canto el “Exultate jubilate” de Mozart aunque el “Aleluya” que incluye lo cantaba en concursos hace 15 años. Lo tenía estudiado, aunque ahora el instrumento (la voz) ha cambiado. Es un programa alegre que viene bien, un rato de esperanza en estos tiempos que vivimos.

–Su primera vez como solista invitada de la OSPA.

–Así es. La última vez que canté con ellos fue en los premios “Princesa·” en 2018 y a finales del año pasado estuve ensayando la “Butterfly” que al final tuvo que hacer Oviedo Filarmonía. Son estupendos, unos musicazos. Ahora nos quitaremos esa espinita.

–No lleva mala temporada para una pandemia mundial con todo parado.

–No. Me siento una privilegiada de poder trabajar, y además en casa. Ahora tenía la posibilidad de trabajar en Alemania pero es muy complicado viajar y las cosas son muy difíciles. En los próximos meses tengo dos zarzuelas en Oviedo. Lo primero será “Agua, azucarillos y aguardiente”, que empezamos los ensayos el cinco de abril. Luego haré “La del manojo de rosas” con Emilio Sagi. En verano tengo dos conciertos ya cerrados, así que hasta julio estaré entretenida.

–¿Qué ha aprendido este año tan duro?

–A ir día a día. Nos pasó con “Madama Butterfly” de la temporada de Ópera de Oviedo, tuvimos que cambiar la fecha varias veces. Al final se hizo, pero... Lo que tenemos que hacer es disfrutar lo que venga. También pienso que en cualquier momento puedo enfermar yo, coger el virus como cualquiera. En nuestro trabajo siempre hay variables e imprevistos, pero ahora es mucho más.

–Al menos en España se están programando actividades culturales mientras en muchos países los teatros permanecen cerrados.

–Somos de los pocos países que tenemos un movimiento que se asemeja un poco a lo de antes.

–Y de los que menos ayudas ha dado al mundo de la cultura.

–En lugares como Alemania se conceden ayudas del 70 por ciento de lo que hubieses facturado el año anterior. Eso también permite quedarse en casa y mantener los teatros cerrados.

–¿Pero?

–Yo prefiero estar en la carretera. Los que vivimos de y para la cultura si nos la quitan de repente es como si a un pájaro le quitas las alas y no le dejas volar. Para mí la cultura es una forma de vida y de expresión.

–¿Qué pasará en el futuro?

–Que se programará menos. Habrá menos oportunidades de trabajo para la poca gente que estemos trabajando.

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