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La razón por la que la costa asturiana tuvo 73 terremotos en ocho meses

Investigadores de la Universidad de Oviedo publican un estudio sobre el origen de los terremotos submarinos que afectan a la región

Plano de los terremotos.

Un equipo del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo ha arrojado luz sobre el origen de los terremotos submarinos de la costa centroccidental asturiana y ha confirmado el papel decisivo de la falla cantábrica (y su prolongación, la falla de Ventaniella) en la actual configuración del margen cantábrico, ya que estas fallas separan dos importantes bloques corticales.

El trabajo se ha publicado en "Frontiers in Earth Sciences" y ha sido realizado por un grupo de tres profesores y un investigador predoctoral: Gabriela Fernández-Viejo, Sergio Llana-Fúnez, Carlos López-Fernández y Jorge Acevedo, respectivamente.

El grupo de investigadores.

Para la realización del trabajo, que cuenta con financiación del Principado de Asturias, el equipo desplegó en 2019 una red de 11 estaciones sísmicas a lo largo del sector centroccidental asturiano. Los datos obtenidos por esta red durante ocho meses han permitido registrar con elevada precisión 73 nuevos terremotos con origen entre 6 y 21 kilómetros de profundidad.

Investigadores de la Universidad de Oviedo dan explicación a los terremotos del Cantábrico

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Dicen los especialistas que estos sismos "se concentran en dos zonas preferentes, en dos puntos específicos de la falla cantábrica". Sergio Llana-Fúnez explica que "la primera zona de sismicidad está en la costa, cerca de Avilés, y se asocia con estructuras antiguas en la corteza". "El otro punto está más alejado de la costa, frente a Galicia, y lo asociamos con estructuras muy antiguas en el origen de la formación de la cordillera cantábrica". Eso sí, tierra adentro de la región los movimientos "son casi imperceptibles para la población" ya que tienen unas magnitudes medias de alrededor de 2 y no son nuevos: "se detectan desde que instalaron las primeras estaciones sísmicas, en los años 70", explica Jorge Acevedo.

Para los investigadores el siguiente paso sería "localizar mejor todavía estos terremotos y para eso necesitaríamos contar con estaciones submarinas", comenta Gabriela Fernández-Viejo. El estudio publicado se puede consultar en este enlace.

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