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La coreógrafa israelí Dana Raz estrena en Oviedo su nuevo espectáculo "Shoal"

La bailarina asentada en Asturias actuará en el teatro Filarmónica el día 9 a las 19.00 horas

Dana Raz en el Open Look Festival. | Daria Popova

Dana Raz no puede vivir sin la danza, dice que se moriría, como un pez fuera del agua. “Shoal” es el título del nuevo espectáculo de esta bailarina y coreógrafa israelí asentada en Asturias. Es una palabra inglesa que se refiere al movimiento armónico con el que los bancos de peces se desplazan por el mar y que, a veces, sorpresivamente, se interrumpe. Raz ha hecho una lectura metafórica y la ha convertido en una coreografía, en la que habla de la búsqueda interna de dos mujeres, “pueden fluir, pueden chocar”, explica, y en su proceso de autoexploración navegan por su interior y a través de la sociedad.

Dana Raz Dance Projects, su compañía, estrenará “Shoal” en el teatro Filarmónica de Oviedo el 9 de abril a las 19.00 horas, dentro del circuito regional “Cultura en rede”, y con entradas a 6 y 8 euros. El espectáculo, en el que se enlazan dos piezas de ballet, “Etzem Zar” y “Golem”, dura unos 50 minutos. Al escenario se subirán Dana Raz y la madrileña Úrsula Mercado.

Dana Raz escribió “Golem” en 2017 y lo estrenó en San Petersburgo. Esa coreografía, con música de Juan J. Ochoa, busca dar respuesta a una pregunta, cuenta su autora: “¿Qué pasa cuando miras tu retrato y no te gusta lo que ves o no te encuentras a ti mismo? Vas quitando capas, te enfrentas a tu oscuridad y si lo haces con honestidad hay un momento en el que llegas a tu instinto más básico y te sientes bien, en paz”. “Etzem Zar” es posterior y Dana Raz lo ideó para una actuación en Bilbao. La música es de Alex Aller y el título significa, en hebreo, “cuerpo extraño”. Aunque es muy anterior a la pandemia de covid, con ella ha adquirido nuevo significado, al referirse a esos fenómenos externos a los que los seres humanos se enfrentan de tiempo en tiempo, sean de la naturaleza que sean, “te matan o se integran y viven dentro de ti o producen un choque que te transforma con el tiempo”, explica la bailarina.

“Decidí juntar estas dos piezas después de la pandemia, cuando hemos adquirido un poco más de conocimiento, más profundo, un conocimiento más real”, refiere, y añade que “nuestra identidad se transforma con lo que vivimos” y ese proceso nunca deja de repetirse, “no se acaba nunca”. Entre ambas coreografías, “Golem” y “Etzem Zar”, ha descubierto una “continuidad, coreográficamente y dramatúrgicamente”, explica.

Dana Raz cuenta que “Shoal”, pese a “la delicadeza femenina” que impregna el espectáculo, está atravesado por “una fuerza femenina muy grande, de una intensidad mágica”.

La coreógrafa israelí no ha perdido la fe ni ha dejado de trabajar pese a las dificultades. “En marzo fue un shock, pero no nos quedamos quietos. La situación es difícil y especialmente para la danza por el contacto que requiere, aunque yo creo que la cultura es segur; es absurdo sentarse en un bar a tomar algo y tener miedo a sentarse en el teatro, con dos metros entre butaca y butaca”, opina. Ella no ha parado de trabajar, impartía talleres y clases por internet, abiertos a una veintena de países. Por la misma vía colaboró con la compañía nacional de danza de la India y en breve tiene previsto participar en un festival en Siberia, en Rusia, arte y la cultura.

“En el arte y en la cultura somos supervivientes”, dice. “La pandemia nos abrió la mente sobre cómo dar accesibilidad al arte en otras plataformas, que cuando esto pase se podrán compaginar con el escenario y el público”, opina, y afirma que “el arte no tiene precio”.

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