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Alfonso Lantero, exbatería de “Ilegales”, inicia carrera en solitario

El músico, que también tocó con “Pistones” y “Ton-Ton Macoute”, publica “Utopía”, un disco de canciones y poemas

Alfonso Lantero, en una imagen promocional. | LNE

El baterista Alfonso Lantero dice que tuvo la suerte de estar en los momentos justos en los sitios adecuados. Eso le permitió formar parte de grupos históricos de la escena nacional e internacional como “Ilegales”, “Pistones”, “Los negativos” o los franceses “Ton-Ton Macoute”. “Seguramente había baterías mejores pero yo tuve esa suerte”, resume.

La música ha sido su vida, siempre al fondo del escenario, tras el bombo y la caja, con las baquetas dejando huella en sus manos y en el pecho del público que sentía los mismos latidos. Ahora ha llegado el momento de presentar su proyecto en solitario, “Utopía”. Son tres canciones y ocho poemas para los que se ha reunido con viejos amigos y colaboradores. Ahí están Juan Martínez (producción y guitarras), Rafa Kas (guitarras), Alejandro Felgueroso (bajo), Xuan Zen (vibráfono), Sergio Pevida (percusiones) y Sil Fernández (coros). “Todos son asturianos”, recalca Lantero. El baterista está ahora afincado en la aldea, en Arriondas, pero su trayectoria vital y musical le llevó a vivir en numerosos lugares alejados de su Asturias natal.

“Utopía” es algo que siempre quiso hacer. Por un lado, editar canciones propias y, por otro, dar a conocer alguno de sus poemas. Se ha permitido además trabajar con los músicos que ha querido lo que le ha permitido, por ejemplo, introducir el sonido del vibráfono de Xuan Zen en la versión que ha hecho de “Oxígeno” de Jean Michel Jarre que se va más allá del original también con las guitarras de Juan Martínez.

Son canciones escritas hace años y que han sido revisadas durante la época de pandemia para ver la luz en un disco autoeditado, lo que permite cuidar y ser responsable de cada detalle.

En los poemas recitados se han colado otras músicas. El “O mio babbino caro” de Puccini acompaña a “Curé tus llagas”, mientras que Jeff Beck suena de fondo en “Guitarras eléctricas rotas”. Mahler suena en otros dos de los poemas y Juan Martínez ha compuesto un blues de dos acordes para sonorizar la declamación de “Hell blues”, uno poema que recuerda el mito de Robert Johnson, el rey del Delta.

Lantero ha llevado al disco todas sus músicas. Hasta se ha atrevido a cantar, algo que no había hecho hasta ahora.

Un problema de oído le llevó hace un año a dejar los escenarios. Tocaba con colegas por garitos de Madrid antes de que llegase la pandemia, pero llegó el momento en que la pérdida de audición le impidió seguir tocando en directo. “En estudio es distinto, el sonido está todo más controlado”, así que se ha encargado de cantar, recitar y grabar las baterías de todas sus canciones. La idea es repetir y sacar más composiciones de aquí a un año. Habrá nuevas composiciones, nuevos poemas y algunas versiones, siempre en colaboración con otros músicos.

Volviendo al origen, Lantero recuerda su llegada a Madrid a principios de los creativos años 80. Entró a formar parte de la banda “Corazones blindados”. Tenían una maqueta con algunos temas y la presentaron en “Rok-Ola”. Inmediatamente apareció alguien de Zafiro y les ofreció grabar un “single”. “De aquella, la cosa funcionaba así, grababas una maqueta como podías y peregrinabas por los despachos de las discográficas llamando de puerta en puerta, puertas en las que siempre estaban reunidos y nadie podía atenderte”, explica Lantero. Alguna puerta sí que se le abrió cuando recorrió toda España con “Pistones” en la segunda gira de “El pistolero”, o cuando tras emigrar a Londres entró en la banda anglo-francesa “Ton-ton Macoute”. Su batería se puede escuchar también en dos de los discos de “Ilegales”, “Chicos pálidos para la máquina” y “A la luz y a la sombra todo está permitido”. Lantero estuvo en los míticos conciertos de la banda de Jorge Martínez en Quito y Guayaquil en 1987.

Ahora, desde un pueblín de Asturias lanza su música y su poesía autoeditada. Ahora llama a las puertas virtuales y solo tiene una pretensión, hacer lo que le gusta, tocar, escribir y juntarse con amigos a celebrar la música.

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