La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los humanos hacen la primera ley contra los robots

La Comisión Europea presenta una regulación pionera para frenar el uso de la inteligencia artificial en la vigilancia, control y manipulación social

El escritor de ciencia ficción Isaac Asimov formuló en 1942 la tres leyes de la robótica. En esencia: que un robot no hará daño a un ser humano, que debe cumplir sus órdenes y que debe proteger su propia existencia siempre que este principio no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley. En 2021, la digitalización de la sociedad y el big data han convertido a la inteligencia artificial en un servicio y un peligro cotidiano, así que la ficción de Asimov ha tenido que trasladarse a la realidad: la Comisión Europea presentó ayer la primera propuesta legislativa que los seres humanos han elaborado para protegerse de los efectos dañinos del uso de las “máquinas pensantes” y sus algoritmos. Estas nuevas restricciones tendrán que iniciar ahora un largo camino por el laberinto burocrático de la UE hasta llegar a las legislaciones nacionales, pero es la primera vez que se ponen “líneas rojas” al uso de una tecnología que ya es omnipresente. Aunque el texto aún se mueve entre muchas indefiniciones, hay dos cosas claras. La Unión Europea no permitirá en su territorio el uso de sistemas de reconocimiento facial para la vigilancia masiva en lugares públicos –salvo circunstancias concretas autorizadas por los jueces– y veta cualquier aplicación de sistemas de control de los ciudadanos basados en el llamado “crédito social”, que adjudica a cada persona una puntuación en función de su comportamiento y que le permitiría acceder a determinadas ventajas o, por el contrario, ver recortados sus derechos.

Manipular

La nueva normativa incide en la prohibición taxativa de cualquier aplicación de inteligencia artificial que se use para “vigilancia indiscriminada” o la “manipulación”.

Cajas negras

La reglamentación establece mecanismos para que las empresas abran sus desarrollos para poder evaluar cómo estas máquinas están tomando sus decisiones.

Muchas excepciones

Los críticos con la propuesta de la CE afirman que es poco restrictiva y que aún permite, por ejemplo, los programas de vigilancia policial predictiva y el control de la emigración mediante categorización biométrica.

Robots de conversación

La nueva normativa que impulsa la Comisión Europea establece que las aplicaciones que usen robots de conversación (chatbots) tendrán que dejar claro que el usuario está hablando con una máquina.

Manipular

La nueva normativa incide en la prohibición taxativa de cualquier aplicación de inteligencia artificial que se use para “vigilancia indiscriminada” o la “manipulación”.

Cajas negras

La reglamentación establece mecanismos para que las empresas abran sus desarrollos para poder evaluar cómo estas máquinas están tomando sus decisiones.

Muchas excepciones

Los críticos con la propuesta de la CE afirman que es poco restrictiva y que aún permite, por ejemplo, los programas de vigilancia policial predictiva y el control de la emigración mediante categorización biométrica.

Robots de conversación

La nueva normativa que impulsa la Comisión Europea establece que las aplicaciones que usen robots de conversación (chatbots) tendrán que dejar claro que el usuario está hablando con una máquina.

El órgano ejecutivo de la UE impulsa una normativa que persigue introducir la ética en una tecnología digital que está en nuestros móviles, en nuestros relojes, en nuestros coches y hasta en nuestras aspiradoras. Una red digital global y “pensante” que sirve para vigilar, clasificar y modificar nuestros comportamientos. La normativa, como antes fue la referida a los datos personales, supondrá un freno a la actividad de gigantes como Amazon, Google y Facebook, que han invadido hasta el último rincón de nuestra privacidad gracias a todo tipo de gadgets conectados a internet. La norma, que prohíbe expresamente el uso de “técnicas subliminales” para “distorsionar el comportamiento” de las personas, establece multas a las compañías que podrían llegar hasta el 6% de las ventas globales de los sancionados. La CE ha establecido una gradación de riesgos según las distintas aplicaciones de la inteligencia artificial y aspira a que esta norma, que para algunos es aún muy laxa, se convierta en el nuevo estándar global. Otros dicen, en cambio, que este enfoque ético sólo supone dar una ventaja más a China y al Silicon Valley estadounidense.

Compartir el artículo

stats