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Karmelo C. Iribarren: “Escribo poemas cuando algo me obsesiona para quitármelo de encima”

El autor debate con García Montero sus “trucos” de creatividad poética y la evolución de su obra: “Al empezar me aconsejaron que lo dejase”

Por la izquierda, Araceli Iravedra, Luis García Montero y Karmelo C. Iribarren, ayer, a la entrada del Antiguo Instituto de Gijón. | Ángel González

Cuando empezó su andadura como escritor, alguien dijo de Karmelo C. Iribarren que la suya era una “poesía sin vuelo” y que lo mejor, en realidad, era que lo dejase. “Tenía razón, claro, pero seguí”, bromeaba ayer el propio autor durante su intervención en el festival poético “Poex” de Gijón, en la que charló con el también poeta Luis García Montero. Moderó el debate la profesora universitaria Araceli Iravedra.

García Montero centró su lectura en su último libro, “No puedes ser así (Breve historia del mundo)”, un trabajo en el que, según aclaró, hace “una reflexión sobre el mundo y la propia intimidad”. Los poemas recogidos en este ejemplar, más esperanzadores, surgen con el deseo “de darle una segunda oportunidad a los valores de la democracia y la Ilustración”. “Quise hablar sobre el compromiso con los derechos humanos que debemos tener ahora frente a los discursos de odio y autoritarismo”, razonó.

Iribarren, por su parte, venía a Gijón a presentar “Pequeños incidentes”, una antología poética de su obra. Cree que el titular del libro es más que adecuado. “Seguramente podría ser el rótulo de toda mi poesía en general. No es que mi poesía sean incidentes pequeños, pero mis poemas sí hablan de pequeños sucesos que nos van pasando todos los días y que para bien o para mal nos van conformando. Y que, de alguna manera, son los que le dan sentido a la vida”, expresó el autor, que se mostró también “feliz” de que el festival tomase como sede la ciudad gijonesa. Así podía tener cerca el mar.

Lo cierto es que el diálogo entre ambos autores con Iravedra tenía previsto dejar varios turnos de recital para cada uno, algo que acabó limitándose a solo dos intervenciones dadas las largas reflexiones de los tres intervinientes. La más interesante fue la que abordó el tema de la “inspiración” poética, un término manido que no suele gustar a los autores. A juicio de Iribarren, la inspiración como tal probablemente no exista, pero sí sabe reconocer en él mismo momentos en los que se siente “más receptivo” hacia la escritura. “Luego hay otras épocas que estoy más normal, más tranquilo. Yo los poemas los escribo porque me empiezan a obsesionar un poco, empiezo a darles vueltas en la cabeza, y si no me los quito de encima... Los tengo que escribir, sin más”, resumió. El vasco no suele amedrentarse tras largas rachas de escasez creativa. “Hay que bajar a tierra. Muchas veces escribo a raíz de puras ocurrencias o de algo que he leído o escuchado. Si al día siguiente no me acuerdo de esa idea, no pasa nada: me voy a dar una vuelta. Solo cuando me atrapa tengo que buscar alguna forma para expresarla”, señaló. A su juicio, escribir es solo el fruto “del trabajo y de la suerte”.

Para García Montero su proceso creativo es similar, y es algo que él define como “provocar efectos”. “A veces buscas provocar un efecto de irrealidad o una atmósfera de hermetismo. Otras buscas uno de naturalidad, y cuesta tanto trabajo y tantas versiones a la basura... Creo, de hecho, que es más difícil conseguir la naturalidad en un texto”, aseguró.

El interesante debate entre los dos autores fue uno de los platos fuertes del “Poex” de este año. El ciclo, no obstante, continuará hasta el próximo domingo y deja todavía pendientes las visitas de Manuel Vilas, Fernando Beltrán y Rocío Acebal, entre otros poetas. Hoy, las invitadas de honor serán Esther Ramón y Raquel Lanseros, que intervendrán de forma online para presentar sus respectivos libros, “Sellada” y “Matria”. La cita será a las 19.00 horas y estará moderada por Fernando Menéndez. Después, a las 20.00 horas, en el mismo Antiguo Instituto, sede de todo el festival, se proyectará el filme “Lúa vermella”, de Lois Patiño.

Marwan presenta en Gijón “Una mujer en la garganta”


A Marwan, dice, le gustan las giras largas porque es cuando tiene la inspiración necesaria para dar con los primeros bocetos de sus poemas y sus canciones. El conocido artista, último ponente ayer de la jornada poética “Poex” de Gijón en el Antiguo Instituto, presentó en la ciudad su nuevo trabajo, “Una mujer en la garganta”, su cuarto libro de poemas. Y explicó, con la compañía de Miriam Perandones, que en sus últimas creaciones está haciendo conscientemente un cambio de temática, para dejar un poco más de lado los temas y versos sobre el desamor, un asunto que había copado hasta ahora buena parte de su obra: “Intento no caer en el abuso y hacer un doble disco a una expareja porque la cosa fue mal. Desde el último disco estoy intentando variar en la temática y en los propios estilos musicales”. No ha sido el único cambio en su proceso creativo. Aclaró el artista que, a raíz de una conversación con el cantautor Jorge Drexler, ha empezado a componer primero las letras y después la música. Durante años lo hizo al revés. “El consejo de Drexler se lo dio a su vez Sabina, y Sabina es, a mi juicio, el mejor artista de España, junto a Serrat”, reconoció el cantante. En cuanto a la dicotomía entre poesía y canción, la diferencia que marca si Marwan está componiendo una cosa u otra es simple: tener una guitarra en la mano. Dijo sentirse, no obstante, “más libre” cuando escribe versos. “Las canciones vienen más limitadas, porque tienen una duración concreta y porque debes pensar en el hachazo del estribillo. Con la poesía me tomo más libertad. Tengo uno que ocupa 35 folios”, aclaró el artista.

Marwan, ayer, antes de su recital en Gijón. | Á. González S. F. LOMBARDÍAS. F. L.

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